En el argot popular, la frase “tener más teclas que un piano” se puede aplicar a asuntos complejos, o a personas suspicaces, de trato difícil y fastidioso. También a máquinas con múltiples resortes y mecanismos sofisticados. En esta categoría se puede incluir a los propios pianos, que para el común de los mortales resultan tan complicados de tocar.
La idea de calificar a las Administraciones Públicas como un enorme piano es fruto de la asociación de ideas que me ha producido el título del interesante documento “Teclas para transformar la Administración Pública española”, de mayo de 2013, coordinado por Manuel Arenilla, actual Director del INAP (Instituto Nacional de Administración Pública).
En realidad las teclas a las que se alude en el referido documento son las de un ordenador, no las de un piano, pero me ha parecido más gráfico y más sonoro, nunca mejor dicho, utilizar el símil de este instrumento musical para remarcar la dificultad de abordar los cambios estructurales que necesitan acometer las AAPP para convertirse en organizaciones post-burocráticas, centradas en los ciudadanos.
A continuación paso a resumir las 10 teclas que ha identificado como claves el Grupo de Investigación en Administración Pública (GIAP):
1. Desafección política: La permanencia en los cargos políticos debe tener una duración razonable. No obtener prebendas a futuro derivadas del ejercicio del poder.
2. Provisión de bienes y servicios: Mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios públicos, trasladando a la Administración las mejores prácticas del sector privado, sin perder la esencia de lo público.
3. Transparencia y rendición de cuentas: Construcción de una nueva Administración Pública sostenible, eficiente, efectiva y abierta.
4. Procedimiento administrativo: Introducir mayor agilidad y responsabilidad en los plazos de los trámites burocráticos.
5. Modelos organizativos: Concepción de los Ministerios como grandes áreas de gestión gubernamental más que como estructura departamental.
6. Modelo de función pública: Flexibilidad de las plantillas públicas. Reforma del estatuto de los empleados públicos y del acceso a la función pública
7. Evaluación de políticas públicas: Análisis objetivo de los resultados obtenidos, diseñando un Plan Integrado de Evaluación que coordine los diversos instrumentos existentes: la Intervención General, el Tribunal de Cuentas, la Inspección de los servicios, la ANECA o la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud.
8. Nuevas formas de gestión basadas en las Tecnologías de la Información y las comunicaciones (TIC):
a. Transparencia, Gobierno Abierto y Open Data: La publicación de los numerosos datos generados por las AAPP, como los relativos a los resultados de los centros de enseñanza y hospitales o la distribución de los presupuestos es una obligación ineludible de los Gobiernos en aras de la transparencia y de la rendición de cuentas, además de constituir un poderoso mecanismo de mejora interna. Por otra parte, la liberación en formatos reutilizables de los datos públicos (Open Data) puede convertirse en una fuente de riqueza para el sector privado.
b. Administraciones Públicas sin costuras o interoperables: Las instituciones deben sentirse obligadas a colaborar entre sí para evitarle al ciudadano la complejidad asociada a determinados servicios o trámites que requieren la intervención de diferentes niveles o de varios departamentos de las Administraciones Públicas. La recomendación del GIAP no puede ser más explícita: “Crear sistemas integrados capaces de intercambiar la información necesaria para ofrecer a los ciudadanos servicios públicos en todo tiempo y lugar independientemente de las administraciones públicas involucradas, los datos requeridos de los ciudadanos o de procedimiento administrativo de manera que los ciudadanos puedan despreocuparse de los niveles competenciales”.
c. Administraciones Públicas orientadas a la innovación continua: La innovación ha sido siempre uno de los retos centrales para mejorar los servicios públicos o abordar los grandes problemas sociales con creatividad y apertura al conocimiento colectivo. La sugerencia del GIAP no puede ser más contundente: “La innovación constante ya no será una opción, sino que se convertirá en un imperativo para las organizaciones públicas de cara a su propia supervivencia, así como su contribución a la calidad de vida y el bienestar colectivo. Las administraciones se deben adaptar a entornos cambiantes abriéndose a procesos de innovación constantes, en colaboración cada vez más intensa con la sociedad”
9. Participación ciudadana
a. Administraciones Públicas y redes sociales: Se aconseja facilitar la comunicación con los ciudadanos por estos canales de uso cotidiano por parte de éstos.
b. Coproducción de servicios: Involucrar a los ciudadanos en la mejora de los servicios públicos, rediseñándolos desde el punto de vista del usuario, recabando sus opiniones y analizando sus sugerencias.
10. Organización territorial: Fomentar la cooperación entre las distintas Administraciones Públicas, dentro del principio de lealtad institucional. Creación de carteras comunes de servicios
Hasta aquí las teclas teóricas que hay que tocar para que la “música” de la Administración suene, más que como un piano, como una auténtica orquesta a los oídos de los ciudadanos
El tema da mucho de sí, obviamente. En el próximo post abundaré en la figura de un solista de lujo, Manuel Arenilla, en casos prácticos que ilustren estos conceptos teóricos y en la necesidad de aproximarse al concepto de transformación de la Administración con la mirada, entre ingenua y atrevida, del antropólogo que comentaba en mi anterior post, sin apriorismos ni condicionantes ideológicos.