“Estaba tan ansioso por llegar que me bajé del autobús una parada antes” , comenta Juanfra Abad, uno de los 300 expertos de toda España seleccionados (entre ellos 10 murcianos) por la Fundación COTEC para participar en la Cumbre ALF sobre Innovación y Economía Circular celebrada en Madrid el pasado mes de julio.
Ese nerviosismo estaba más que justificado. No todos los días tiene uno la ocasión de escuchar en directo a 4 Premios Nobel, con Obama como figura estelar, y a otras personalidades como Cristina Garmendia o Karma Ura, ministro de la Felicidad de Bután, reflexionando sobre la necesidad de innovar para garantizar la sostenibilidad del planeta.
En este espacio nos hemos ocupado en varias ocasiones del concepto de economía circular, e incluso de la economía de la felicidad, pero si una imagen vale más que mil palabras, mil imágenes valdrán más que un millón de palabras.
Así que, para los lectores que no estén familiarizados con los conceptos de economía circular, (incluso si lo están), recomiendo el presente vídeo producido por COTEC que me parece magnífico por la creatividad que aplican sus autores para concienciarnos de que el futuro cercano del planeta depende de todos. Dura 15 minutos pero vale la pena dedicarsélos y … difundirlo.
Me permito añadir unas palabras complementarias, muchas menos de mil, que me parecen muy clarificadoras y oportunas (debidamente entrecomilladas y citando a la fuente, of course):
“La economía circular tiene carácter transversal, atañe a todos los sectores e integra disciplinas y ámbitos de conocimiento tan diversos como biomímesis, nuevos modelos de negocio, bioeconomía, emprendimiento, ciencia ciudadana, nanotecnología, sistemas inteligentes, impresión 3D, innovación social, educativa y financiera, tecnología blockchain, internet de las cosas, inteligencia artificial y robótica” . Guadalupe García (Experta de COTEC)
Con estos argumentos, por los cambios que se promueven, basados en el conocimiento que aportan valor, no necesariamente económico, y por sus indudables repercusiones medioambientales, la economía circular se incardina en el ámbito de la innovación social.
Como tal queda recogida explícitamente, así como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre las líneas de actuación del Observatorio de Innovación Social (OISOC) recientemente creado por la UCAM, con sede en Cartagena, bajo el impulso de la Cátedra de RSC que dirige Víctor Meseguer.
Alguien dijo jocosamente que le interesaba el futuro porque pensaba vivir el resto de su vida en él. Obviamente esa dimensión temporal no es independiente del espacio físico que requiere su desarrollo, conformando un todo indisoluble: nosotros y la Tierra.
No podemos producir, usar tirar, según el modelo de la economía lineal, ignorando indefinidamente las condiciones de nuestro entorno, como si los recursos naturales fueran ilimitados o el medio ambiente pudiera soportar todas las agresiones posibles.
Aquí caben todos los tópicos, alarmismos incluidos. Pero, ¿qué hacemos? Y, sobre todo, ¿cómo lo hacemos? Y utilizo el plural porque todos vamos en el mismo barco, aunque en distinta clase, de momento. Una nave enorme cuyas maniobras deben preverse con antelación suficiente para evitar el naufragio.
La prestigiosa Fundación Ellen MacArthur, considerando que la innovación empresarial es la clave para acelerar la transición de la economía lineal a la circular, ha diseñado el Marco RESOLVE, una metodología que pretende guiar las actuaciones de los Gobiernos, las empresas y los centros educativos, en este crítico proceso.
El acrónimo (en inglés) RESOLVE aglutina a seis estrategias: Regenerar, Compartir, Optimizar, Circular, Virtualizar e Intercambiar, que McKinsey ha resumido de forma magistral en el siguiente cuadro, incluyendo ejemplos clarificadores de cada una de ellas.
Merece la pena estudiarlo. Y, sobre todo, intentar aplicarlo. Nuestro futuro (más inmediato de lo que pensamos quizá) está en juego.
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