El gigante verde con el que hablaba Codorniú
Contaba Horacio, de quien ya nadie se acuerda, que la virtud de los padres es una gran dote. Y la dote que recibió Jesús Jiménez Avellaneda (Cehegín, 1968) evidencia que sus padres, desde luego, destilaban virtud y sensatez por los cuatro costados. Como cualquier buen ceheginero, claro. Porque fueron quienes encauzaron la trayectoria de aquel […]