Los confunden con focas, quizá porque hasta hace medio siglo existían en las costas españolas. Pero son leones marinos. Aunque a Óscar Fernández, biólogo del parque Terra Natura Murcia, se le antojan niños. Eso sí: niños de 100 kilos y con mandíbulas más poderosas que las de un pitbull. Solo es ‘postureo’ animal. Porque son seres tan sociales que interactúan con cualquier público. Hasta protagonizan una espléndida terapia con pequeños discapacitados. Y no, no muerden nunca.
Vaya por delante lo que preguntarían muchos lectores: ¿No tiene miedo de que los leones marinos le ‘suelten’ un bocado?
(Muy serio, acaso hastiado de que se lo pregunten). Aunque no son animales domésticos, no están diseñados para eso; logramos ganarnos su confianza.
No les queda otra. ¿Pero cómo lo consiguen?
Nuestro lenguaje es el respeto. Como animales marinos que son, destacan por su inteligencia. Nosotros, con solo mirarlos, conocemos su estado de ánimo.
Y si está enfadado, ¿cómo lo sabe?
El enfado, como si fuera un niño, se le manifiesta en los ojos. También extienden los bigotes hacia adelante. A veces es mejor dejarlos o, también como a los chiquillos, reconducirlos, llevarlos a otro terreno.
¿Es difícil enseñarles a realizar ejercicios?
Deben adecuarse a sus habilidades. Igual que no podemos pedirle a un burro que vuele, tampoco a un león marino se le puede exigir que haga cosas imposibles.
¿Utilizan recompensas como el alimento?
Tampoco. Ellos no trabajan para comer.
En eso son inteligentes, sí.
(Ríe). ¡No, hombre! Los niños humanos no van al colegio por evitar el castigo. Es su actividad. Eso sucede con los leones.
¿Algo comerán, no?
Sí que comen. De hecho, se hidratan a través de la descomposición del pescado. Su dieta es a base de arenque, capelin y sprat. Estas especies se importan desde el Báltico, donde fluctúa menos la temperatura y tienen más nutrientes. A eso se suman complejos vitamínicos y chequeos diarios.
¿Qué especies atesoran en Terra Natura Murcia?
Dos. Una de California y otra de la Patagonia. Ambas hembras. Tienen unos 15 o 16 años. Pueden vivir entre 35 y 40 años.
¿Y no se aburren las dos solas? Ya es hora, supongo, de que adquieran un león…
Queremos aumentar la población. Para ello se recurre a intercambios con otros zoos a través de convenios. Todo está muy controlado por la ley pues no cualquiera puede tener en su casa un animal exótico.
¡Cómo para tenerlo! Pero observo que son animales obedientes.
(Asiente) Piense que su mandíbula es más poderosa que la de un pitbull. Y tienen mayor fuerza. Si no quisieran, no obedecerían. En las exhibiciones están tranquilos si nosotros lo estamos.
¿La compenetración es tan estrecha que hasta lo defenderían si alguien le ataca?
Nunca se ha dado el caso. Sí recuerdo una hembra delfín con la que trabajaba. El macho nuevo quiso quitarme de en medio. Y ella me prefería. No como reproductor, claro. (Ríe). Si no te consideran una amenaza no hay problemas.
Imagino. ¿El horrendo calor murciano les afecta?
Es un mito, en parte. Todos los mamíferos podemos vivir en un intervalo de temperaturas. Como no pueden sudar se mantienen en el agua. Sus aletas están repletas de vasos sanguíneos para refrigerar sus cuerpos.
¿Tiene predilección por alguna de las dos leonas?
(Sin dudarlo). Por Wanda.
¡Pobre Samanta!
(Se encoje de hombros). Así son las cosas. Pero ojo, las adoro a ambas. A veces pego la oreja a su cuerpo para escuchar su corazón. ¡Es algo increíble!