Todo el mundo piensa que la vida de hoy es mucho más veloz que la de cualquier otro momento histórico. Es una convención social considerar que la existencia de antes, la de las reuniones en la rebotica del pueblo del cura, el sargento, el médico, el notario y el alcalde resultaba más apacible. En realidad, […]
Estoy de acuerdo con la tesis de que dedicarse a escribir es indicio inequívoco de que algo no va bien, allá adentro. Quien está bien del todo no se dedica a escribir; se dedica a vivir. Y cuando tiene que escribir algo, redacta. Así no hay peligro. Escribir sí lo tiene. Aunque uno pretenda ser […]
Era todavía el mes de abril cuando saludé por última vez a Eusebio Ramos, el que fue responsable de La Caixa en Murcia y presidente del Círculo de Economía. No fue exactamente un saludo. ¿Cómo preguntar “qué tal estás” a alguien que visiblemente agoniza, que casi todo en él ya no está? Eres consciente de […]
Hace unos años la publicidad callejera de un gimnasio decía algo parecido a: “lo importante no son las veces que caes, sino las veces que te levantas”. Pero, al menos los que tenemos una vida corriente y aburrida, pasamos la existencia intentando levantarnos moralmente de esos vulgares reveses que suelen llegar de tres en tres. […]
El misticismo religioso típicamente ruso creo que se debe en parte al vodka (decía el inglés Kingsley Amis en su manual de borracheras dignas “Sobrebeber“ que cada tipo de alcohol favorece un determinado estado mental; el del vodka es, parecidamente a la ginebra, introspectivo). Los rusos, tal vez tras un poco de vodka, suelen decir […]
José Antonio Martínez-Abarca. Nació una vez en un sitio tan bueno como otro cualquiera. Es lo que antiguamente solía llamarse un "columnista de prensa". Ha publicado demasiado sobre demasiados asuntos en diversos periódicos; pero guarda pocos recuerdos de ello, como si le hubiese sucedido a otro. Puede que, en efecto, fuera otro. Esto es lo primero que escribe sin aplicar la autocensura. Todos los lugares y hechos de este diario serán reales. Sólo se ocultarán algunos nombres por una doble cortesía: hacia el pudor de las señoritas y hacia el vigente Código Penal.
Pretendo sólo salvar lo que de valioso hay en cualquier pequeño infierno cotidiano, para hacerlo llevadero y a veces sublime.