Situado en un enclave fronterizo, el viejo Reino de Murcia pronto tuvo que aprender a defenderse. Desde las tierras altas del Noroeste hasta casi rozar las aguas del Mediterráneo, los castillos salpican la geografía regional. No son los châteaux del Valle del Loira, pero también tienen su encanto, atesoran mucha historia y, además, están cerca de casa. He aquí una selección de diez fortalezas por si se anima a visitarlas.
Esta ruta debe echar a andar en
Moratalla (1) porque su castillo acaba de recibir una profunda restauración. Levantado a mediados del siglo XV, perteneció a la orden de Santiago. Destaca su torre del homenaje, que con 22 metros de altura ofrece unas vistas únicas del pueblo y sus alrededores. Otros cinco torreones completan el recinto: Redonda, Blanca, la Magdalena, Quebrada y Cuatro Vientos. No muy lejos aguarda la fortaleza de
Caravaca (2), que acoge el santuario de la patrona, a modo de un gran relicario, con mármoles de colores, para guardar la Vera Cruz. En su cuesta ‘vuelan’ los Caballos del Vino cada 2 de mayo, una fiesta declarada de interés turístico internacional.
Iglesia de la Asunción, vista desde el castillo de Moratalla.
En plena huerta se alza la Torre Vieja de Alguazas (3), construida por el obispo de Peñarada en el siglo XIV para proteger a las gentes y los cultivos de esta fértil vega, donde el río Mula se funde con el Segura. Por fuera es una mole rectangular, por dentro impresionan sus bóvedas de crucería. El castillo de Jumilla (4) vigila el Altiplano. Lo construyó el marqués de Villena, es de estilo gótico y no le falta detalle: torre del homenaje, mazmorras, sala del alcaide y patio de armas.
La comarca del Guadalentín requiere varias paradas para admirar sus construcciones defensivas. La primera, en Lorca (5), cuya fortaleza, del siglo XIII, se ha convertido en un espacio temático cultural donde conocer cómo se vivía hace setecientos años en estos recintos fortificados. Y sigue arrojando sorpresas, la última, una sinagoga. La segunda visita, en Puerto Lumbreras (6), con una alcazaba árabe que vigilaba el paso estratégico entre Andalucía y Levante. Entre los paños de sus muralles sobresalen las chimeneas de las casas trogloditas horadadas en la montaña y que muestran la vida bajo tierra. Aledo (7) conserva la Torre de La Calahorra, ejemplo de arquitectura militar de la Edad Media. Dicen que entre sus muros Alfonso X encontró la inspiración para escribir varias de sus famosas cantigas. La villa ha recuperado su muralla con un moderno proyecto de los arquitectos Isabel García Higueras y Daniel Gil de Pareja Martínez, que invita a asomarse al valle. No muy lejos, Alhama de Murcia (8) ultima la restauración de su imponente conjunto fortificado, de raíces islámicas, con dos espacios, uno militar y político, y otro que servía para refugio de la población. De momento, se mantiene cerrado a los turistas, pero en ocasiones se organizan rutas guiadas. En la costa, dos visitas imprescindibles: el castillo de la Concepción, en el cerro más alto de las cinco colinas de Cartagena (9), es la puerta de entrada para una primera toma de contacto con 3.000 años de historia: y en Águilas (10), un recinto del siglo XVIII, dominando el litoral, formado por el fuerte de San Juan (a poniente) y la batería de San Pedro (al este).