Las cuevas y simas de la Región que guardan esas expresiones gráficas de hace miles de años están protegidas como Patrimonio de la Humanidad. En 1998, Naciones Unidas otorgó dicho reconocimiento al arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica, una franja de 1.000 kilómetros que va desde las sierras almerienses a los Pirineos. Son más de 1.500 yacimientos, de los que unos 150 se encuentran repartidos por casi toda la geografía regional.
Moratalla, Cieza y Yecla reúnen los principales yacimientos, y para visitarlos lo mejor es ponerse en contacto con las oficinas de turismo de los municipios o con el servicio de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura. El premio es doble, porque estos conjuntos se localizan en parajes de gran belleza natural, que permiten hacerse una idea del paisaje que pisaron y vieron estos lejanos antepasados nuestros.
El primer descubrimiento de arte rupestre en la Región se produjo en 1912. Zuanzo Palacios localizó las magníficas figuras de animales pintadas sobre las paredes de los Cantos de la Visera en el Monte Arabí de Yecla. Lo curioso es que siguen apareciendo hallazgos. Los dos últimos, aún en estudio por parte de los investigadores, a más de mil metros de altitud en Caravaca de la Cruz.
Las simas y cuevas conservan tres estilos de arte rupestre: Paleolítico (el más antiguo, de unos 12.000 años), Levantino (por ejemplo, el citado conjunto de Cantos de la Visera) y Esquemático (los Abrigos del Pozo, en Calasparra, acaban de ponerse en valor). Todavía hoy un aura de misterio envuelve a estas pinturas. Hay quien piensa que el hombre prehistórico quiso dejar un mensaje que aún no hemos sido capaces de interpretar.