Vivimos días complicados por la catástrofe de Santiago de Compostela. El concepto de muerte que impera en la cultura judeocristiana ayuda poco de una situación que, en la fase aguda, carece de sentido para nosotros.
La obra musical que les traigo ayuda a procesar en parte el dramatismo del momento. Hoy comprobarán que la melodía, cuando se asocia un texto determinado, adquiere una dimensión que nos lleva más allá de la impresión inicial. Esto lo sabía muy bien el compositor Franz Schubert (1797-1828), maestro en la creación de Lieder (canciones alemanas), cuya sensibilidad y sentimiento afloran desde el primer acorde.
En el idioma alemán, la palabra “muerte” (“der Tod”) pertenece al género masculino y nos traslada a la figura de un viril y apuesto caballero (o esqueleto) con armadura que no viene a pedir cuentas por nuestros pecados. Este caballero se muestra como un íntimo amigo que susurra palabras de consuelo.
En el Lied compuesto en 1817 por Schubert y titulado “La muerte y la doncella” (“Der Tod und das Mädchen”) D. 531, el caballero se presenta como un ser benévolo y benefactor que no castiga ni juzga a la muchacha, como comenta Eugenio Trias en el libro “El canto de las sirenas”.
La primera estrofa del Lied está en Re menor e introduce las palabras de la muchacha con un ritmo basado en el valor de una nota larga seguida de dos cortas, como muy bien nos explica Dietrich Fischer-Dieskau en su obra “Los Lieder de Schubert”. La tonalidad cambia en la segunda estrofa a Re mayor, cuando el caballero serena a la muchacha. Como van a comprobar, para el músico, el ritmo, el texto y la melodía constituyen un elemento inseparable.
Fernando Pérez Cárceles ha traducido las canciones de este genio en su libro también titulado “Los Lieder de Schubert”. Les trascribo el texto de “Der Tod und das Madchen”, obra del poeta Mathias Claudius.
La doncella: “¡Ay, pasa de largo! ¡Vete cruel esqueleto! Soy todavía joven. ¡Vete amado y no me toques!”
La muerte: “Dame tu mano, bella y delicada criatura. Soy tu amigo y no vengo a castigarte. Alégrate. No soy cruel, vas a dormir dulcemente en mis brazos.”
Les adjunto el video de “Der Tod und das Mädchen” con Crista Ludwig (voz) y Gerald Moore (piano), donde se aprecia la madurez e inteligencia del compositor vienés para emocionar con este bello y sencillo Lied.