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Carlos Escobar

Música inesperada

Asuntos de familia.

 

Comenzamos el año con la saga de los Strauss, formada por Johann I y sus tres hijos Eduard, Johann II y Joseph (de izquierda a derecha en la imagen). Esta familia de músicos domina el panorama musical vienés desde 1824 a 1901 y así lo refleja Henry-Louis de La Granje en su libro “Viena, una historia musical” (editorial Paidós de música).

Cuando escuchamos conciertos y grabaciones de los Strauss, percibimos una música iluminada por la galantería y el ritmo y esto nos invita a cantarla y bailarla. Sin embargo, la historia de esta saga está plagada de celos, infidelidad, envidia, vanidad, complejos y, finalmente, un terrible acto de venganza.

En 1824, Johann Baptist Strauss padre (1804-1849), debuta junto a su amigo Joseph Lanner (1801-1843) en un café del Prater, donde presentan sus primeras composiciones con gran éxito. Un año más tarde, algunas noches dividen la orquesta para poder atender todos sus compromisos, aunque poco después lo hacen definitivamente por el malestar de Strauss derivado por la publicación de sus obras por su “amigo”, firmando con el apellido Lanner.

Strauss I se casa con la hija del dueño de una de las tabernas donde toca y entre 1825 y 1835 nacen los tres hijos del matrimonio. En 1829 Johann padre firma un contrato con el local más célebre de Viena, “Zum Sperl” lugar donde se celebran diariamente animadas veladas y hasta treinta fiestas en carnaval. El músico compone en este establecimiento la cuarta parte de sus obras musicales. Tal es el éxito de Strauss I, que en 1833 realiza su primera gira internacional.

Johann Strauss hijo (1825-1899) tiene desde la infancia una definida vocación musical que su padre intenta anular.  Pero su padre se marche de casa con una amante y esto permite que Johann junior pueda tener un profesor de violín y que a los 19 años debute con su orquesta en el albergue “Zur Stadt Belgrad”. El día de Santa Teresa de 1833 organiza una velada de baile con un poder de convocatoria espectacular que le abre las puertas del éxito. A pesar del monopolio que ejerce su padre como Kapellmeister del primer Bürgerregiment, Johann II consigue el mismo cargo en el otro regimiento de la ciudad, aunque sigue sin tener posibilidades de tocar en los mejores locales de Viena.

Como cuenta de La Granje, se estima que, en la capital austriaca, la cuarta parte de sus 300.000 habitantes disfrutan de la noche en las tabernas y salas de baile, lo que hace que la rivalidad entre padre e hijo crezca hasta tal punto que, cuando Strauss I esta de gira, el Strauss II es contratado en los establecimientos donde poco antes tenía el veto paterno.

En 1849, Johann padre muere de escarlatina y tras un fastuoso funeral en el que se interpreta el Requiem de Mozart, comienza el reinado de Johann Strauss II en Viena. En estos compone obras tan famosas como en vals “Danubio azul” y muestra sus virtudes de manager, actuando con la orquesta en dos o tres locales cada noche. Johann II llega a componer 300 obras, a dirigir numerosos conciertos y a realizar con su orquesta numerosas giras internacionales por Europa y Estados Unidos. Sin embargo, con esto no consigue atender la demanda musical, y sus clientes ven con decepción que sus orquestas no sean dirigidas por él en persona. 

Por tanto, Johann II no tiene más remedio que convencer a sus hermanos Joseph (ingeniero) y Eduard (diplomático) para que abandonen sus ocupaciones y se reconviertan en músicos y directores de orquesta. Es increible como los dos aprenden con gran entusiasmo a manejar el violín y la batuta. Joseph demuestra ser el más dotado para la música de los tres hermanos y, en 1853, debuta con éxito en el mítico “Zum Sperl”, pero todos estos cambios profesionales tan repentinos minan su salud psíquica y, tras una fase de desvanecimientos y dolores de cabeza, fallece en 1870 de un ataque cerebral en mitad de un concierto.

Eduard es un músico que se muestra confiado y vanidoso pero que, en el fondo, sufre un marcado complejo de inferioridad ante sus hermanos. Poco después de la muerte de Joseph, Johann II le cede la dirección de la orquesta Strauss y, a partir de entonces, Eduard saca todo el rencor familiar no asistiendo a la muerte de Johann y destruyendo en una estufa los archivos completos con partituras y correspondencias de la saga Strauss. Fin del “cuento de hadas.”

A pesar de toda esta ácida historia, la música de los Strauss está repleta de belleza, melodías y ritmo, por lo que son verdaderas obras de arte. La Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, dirigida por Virginia Martínez, nos felicita el Año Nuevo transportándonos a la Viena del siglo XIX. Entretanto, disfruten del vídeo de un concierto en los jardines de  Schönbrunn, escuchando  “Wiener Blut” de Johann Strauss II.

¡Feliz 2014!

Conciertos solidarios de Año Nuevo de la OSRM:

Jueves 2 de enero, Auditorio de Águilas, 21 horas (15 euros),

Viernes 3 de enero, 21 horas , Teatro Guerra de Lorca (de 15 a 28 euros).

Sábado 4 de enero, 20 horas. Auditorio Víctor Villegas de Murcia (entre 15 y 28 euros). 

 

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por Carlos Escobar

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