Muchos de ustedes se preguntarán la relación que tiene un veterano médico otorrinolaringólogo, clarinetista amateur y sin hijos músicos, con una orquesta de jóvenes. Evidentemente, me sobra edad y me falta talento para enrolarme como músico en una de ellas.
En el año 2009, la Orquesta de Jóvenes de la Región de Murcia (OJRM) salía de gira por Nueva York y Chicago y, por tratarse de un desplazamineto fuera de la Comunidad Europea, necesitaba un médico para acompañar a la expedición de 101 jóvenes músicos y 5 adultos, entre directora titular, coordinadores y monitores. Era para mí un proyecto muy ilusionante porque soy un apasionado de la música y tanto el destino, como las salas de conciertos, el programa musical y las personas que organizaron la gira, eran inmejorables. Los preparativos fueron laboriosos ya que había que equipar un botiquín muy completo para dos semanas suficiente para 106 personas (yo era el único sin médico), seleccionar el instrumental y medicación a llevar en el maletín de mano e informar debidamente a los padres de los chavales que viajaban con la OJRM. Ese año la pandemia de gripe A preocupaba mucho a la sociedad y en especial a las familias de los músicos y a los responsables de la gira.
Así que, recién llegado del Maratón de Nueva York celebrado como es habitual, el primer domingo de noviembre, volví a disfrutar del otoño de la Gran Manzana con un enfoque y mentalidad muy distintos a la del viaje con objetivos deportivos.
La gira americana de la OJRM fue un éxito desde el punto de vista artístico, formativo y humano. Los problemas que surgieron durante las dos semanas se quedaron en simples incidencias por el buen hacer de todo el grupo, especialmente del quinteto organizador. Atrás quedaron la pérdida de un pasaporte, las carreras para colocar todos los instrumentos en los compartimentos superiores del avión, las retenciones aleatorias de personas en la aduana del aeropuerto, la adquisición de antibióticos para el inesperado número de brotes de amigdalitis, la feliz localización de la maleta emblemática de la OJRM tras su extravío, etc.
Desde el primer día que regresamos a Murcia, me he sentido muy comprometido con la cultura de esfuerzo y trabajo en equipo que se vive en la OJRM. Creo que esta agrupación se merece lo mejor de nosotros como sociedad ya que es un referente cultural y formativo de primer orden.
Dejar a la OJRM sin actividad es equivalente a suprimir el sistema de formación MIR de nuestros hospitales. Estoy seguro que los responsables políticos o sus asesores cualificados, tendrán la sensibilidad y sentido de la oportunidad suficientes para reimpulsar este proyecto tan fundamental para el futuro.
De los comentarios y testimonios que apoyan a la orquesta y que sigo recibiendo, les he seleccionado algunos que espero que les aproximen un poco más a nuestra OJRM.
“El sábado era un día especial. Acudía religiosamente a ensayar con la sección de aspirantes de la OJRM al Auditorio. A los 10 años, desconocía por completo el mundo de la orquesta, puesto que nunca había tocado en una. En los cuatro años de «aspirante», aprendí la importancia del grupo, del compañero de atril, de los valores de amistad, de la disciplina, de la jerarquía orquestal y comencé a interpretar y amar a Bach, Mozart, Purcell, Corelli, Haydn, etc. Al pasar a la sección principal de la OJRM, reafirmé mi deseo y pasión por ser músico profesional. Entonces tuve la oportunidad de ser el concertino durante siete años en cada uno de los encuentros. Todo lo que descubría y aprendía del gran repertorio, me llenaba: Tchaikovsky, Brahms, Shostakovich, Britten, Piazolla, Gershwin y Beethoven, entre otros genios. Fueron siete años sin descansar (los encuentros se hacían en períodos vacacionales del Conservatorio), pero que sin duda merecieron la pena porque disfruté y aprendí rodeado de los amigos que aún hoy conservo.”
José Néstor Tomás. Violinista y Concertino de la Camerata de Murcia.
“Cuando oigo, veo o leo algo relacionado con la OJRM, se revuelve mi corazón. He sido coordinadora de esta orquesta desde los 23 años, por lo que los cambios más importantes de mi vida ocurrieron en paralelo al desarrollo de sus músicos. Resulta un poco cómico que haya coordinado a músicos mayores que yo y, a veces, se han producido situaciones un tanto extrañas. Cada año traía una nueva promociones, nuevos proyectos y nuevas perspectivas, propias de la frescura y grandeza de una orquesta de jóvenes, donde siempre encuentras entusiasmo, vida y muchas ganas de hacer cosas. En la OJRM he descubierto que ser músico es algo grande y sacrificado, es tener un amor absoluto por tu vocación, estudiar ocho horas diarias, cargar con el instrumento de un lado a otro, no dejar de estudiar, ensayar, pensar, soñar, …; en definitiva, «son palabras mayores». Las anécdotas vividas son innumerables, los viajes inolvidables y muchos de los profesores de todo el mundo que han trabajado con la OJRM, han querido repetir experiencia. Los músicos que han pasado por la OJRM durante sus 30 años, siguen siendo amigos y muchos de ellos ocupan grandes puestos como músicos de orquestas, profesores, directores, ingenieros, médicos, etc. Mi admiración absoluta a todos los componentes de la OJRM, la niña de mis ojos.”
Susana Ruiz. Coordinadora de la OJRM y Organizadora de Actividades Culturales.
“Cada estudiante de música sueña que un día subirá a un escenario “de verdad”, tocará en un concierto de verdad” y para un público “de verdad”. Y si sale de su pueblo, aún mejor. Ese el momento en el que uno se da cuenta de que el esfuerzo tiene sentido, de que hace algo importante y entonces adquiere la confianza, energía y ganas de seguir. ¡Qué importante es todo esto para convertirse en un buen músico profesional! ¡Qué importante era la OJRM! Los chicos que tuvieron la suerte de formar parte de este gran proyecto, han hecho realidad su sueño, han tocado en grandes escenarios y han vuelto a casa muy orgullosos. Sin embargo, se han silenciado los aplausos. La OJRM ya no es importante. ¡La OJRM ya no está!
«Triste» es la única palabra que se me ocurre.”
Juraj Kovak. Violonchelo principal y Profesor de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia