>

Blogs

Carlos Escobar

Música inesperada

El verdadero big bang orquestal (y V)

 

Edipo ya era ciego antes de perder sus ojos. La ceguera en nuestra sociedad está más extendida de lo que parece. Si bien es cierto que en una época de crisis económica como la que padecemos, hay que ser especialmente solidarios con los colectivos que peor lo están pasando, lo es también el hecho de que hay que cuidar y conservar con mimo el legado humanístico y cultural heredado.

La Orquesta de Jóvenes de la Región de Murcia (OJRM) es un fenómeno cultural y educativo de primer orden y pionero en España que desde hace ya 18 meses que está en fase latente a la espera de su reactivación o de su desaparición tras una lenta agonía.

En los 30 años de actividad (sino contamos el año y medio bajo sedación profunda) la OJRM ha sido sabiamente guiada por los directores Benito Lauret (1981-83), Jaime Belda (1983-97), César Alvárez (1997-2006) y Virginia Martínez (desde 2006), que imprimieron a todas las generaciones de jóvenes músicos, la exigencia, el buen hacer y la dedicación precisas para crecer como músicos de orquesta.

En la memoria de todos queda la magnífica representación de Carmina Burana en uno de los actos de la inauguración del Auditorio de Murcia, el tradicional Mesías que se ofrecía en Navidad y el simpático concierto de la Sinfonía de los Juguetes a cargo de la sección de Aspirantes de la OJRM, donde además participaban personalidades de la política, religión, deporte y universidad junto a otras personas con menor relevancia social, pero que disfrutaban con mucho entusiasmo de la música.

Ligado a la actividad musical de esta agrupación, Murcia vibraba cada Semana Santa con el también desaparecido Festival Internacional de Orquestas de Jóvenes. Al pasear a mediodía por nuestras plazas más emblemáticas o al visitar por la noche las iglesias de la ciudad, los murcianos nos sorprendíamos de la calidad y juventud de las orquestas foráneas que nos visitaban con motivo del festival. Todavía era más emotivo comprobar cómo nuestros músicos de la OJRM se integraban con suma naturalidad junto a los extranjeros en la orquesta que clausuraba el festival.

Hace una semanas, en relación con el Festival Internacional de Orquestas de Jóvenes, un buen amigo mío me recordaba con nostalgia el final de un concierto en el Teatro Romea, cuando las dos orquestas de jóvenes de Berlín, la de la parte federal y la de la parte democrática, se abrazaron meses antes de la caída del muro, demostrando al mundo que la música está por encima de razones políticas, ideológicas o de cualquier otro tipo.

Edipo, mientras conservó sus ojos, no sabía que era ciego. Nosotros lo sabemos y nuestros representantes políticos también. A lo largo de estos cinco post de Música Inesperada creo haber demostrado lo importante que ha sido la OJRM en nuestras vidas a lo largo de 30 años y sobre todo, los excelentes frutos recogidos de esta maravillosa experiencia.

Si no recuperamos la OJRM con carácter inmediato, que Dios conserve el oído a nuestros políticos, porque, sin duda, la vista ya la habrán perdido.    

* * *

“Cuando pienso en la OJRM, pienso en alegrías, en risas, en Beethoven y en Mahler. También pienso en amigos, ilusión y nervios, pero, sobre todo pienso en la emoción por formar parte de un colectivo que comparte el objetivo de crear algo bello entre todos. Aunque sólo pude disfrutar la OJRM durante dos años, los últimos anteriores a la «siesta impuesta» en la que se halla ahora, lo hice de una manera muy intensa. Para mí fue un descubrimiento a la vez que un impulso en mi carrera musical. Por ello, me siento tremendamente afortunada de contar con esta enriquecedora experiencia y confío en que, aunque yo posiblemente no llegue a tiempo de repetirla, despierten pronto a la OJRM para que otros jóvenes puedan vivir este sueño.”

Leticia Pardo. Oboísta de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia.

 

“Cuando hice las pruebas de ingreso a la OJRM hace ya diez años, no era consciente de todo lo que me iba a aportar. Para mí, la OJRM significa música, disciplina, aprendizaje, compromiso, respeto y otros muchos valores que han determinado el progreso y la evolución de todos los que por ella hemos pasado. Pero también significa el cariñoso recuerdo de muchos momentos geniales compartidos con grandes amigos que persiste en el tiempo. Fuente de formación y oportunidades, la OJRM es una cantera por la que deben pasar todos los jóvenes estudiantes de música, sin excepción. En mi opinión, la OJRM ha sido y será única, porque estoy convencida de que aún le queda mucho por decir y por vivir.”

Laura Torcal. Violinista de la Camerata de Murcia y colaboradora de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia.

 

“Seguramente no escribiría estas líneas como músico profesional y no amaría la música por encima de todo, si la OJRM no hubiera existido. Gran parte de lo que soy como músico y persona se lo debo a esta orquesta, a mi orquesta. Por eso, sin ánimo de ser exagerado, afirmo que la OJRM cambió mi vida y la de otros músicos murcianos. Mi paso por ella, fue una época maravillosa en un ambiente sano, divertido, ilusionante,  donde aprendíamos unos de otros y donde forjé amistades de las que hoy presumo. Hicimos algo impensable hasta ese momento, el hacer de la música nuestra filosofía de vida. Por todo ello, quiero mostrar mi eterno  agradecimiento al magnífico equipo de trabajo (coordinadores, profesores, directores, monitores, etc.) que mejoraron la vida de muchos jóvenes músicos”.

Antonio García Egea. Violinista de la Orquesta de la Comunidad Valenciana, Palau de les Arts, Valencia.

 

Temas

por Carlos Escobar

Sobre el autor


junio 2014
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30