No se conoce con exactitud el lugar del cementerio de San Marcos donde reposa Wolfgang Amadeus Mozart. Pero cualquier persona que desee encontrar al músico de Salzburgo, sólo tiene que consultar el manuscrito original del Requiem y contemplar, si la emoción se lo permite, los ocho compases de Lacrimosa, ya que posiblemente fué lo último que Mozart escribió en vida.
En torno al Requiem y a los últimos días de la vida de Mozart, existe una oscura atmósfera de misterio plagada de verdades a medias y suposiciones. Los detalles de esta polémica están muy bien analizados en la interesante obra de H.C. Robbins Landon titulada “1971. El último año de Mozart” publicada en la editorial Siruela.
Desde el punto de vista musical, el Requiem es una obra de las más importantes de la Historia de la Música y el hecho de que se interprete en el Auditorio de Murcia es una invitación a conversar con Jorge Losana, director titular de la Coral y Orquesta de la Universidad de Murcia y todo un experto en Música Antigua.
La música del Requiem contiene muchos rasgos identificativos barrocos. Como explica Losana, en 1789 Mozart estudia detenidamente y reorquesta El Mesías de Händel, lo que “tiene influencia en el ritmo interno del texto y los afectos -sentimientos- de la música a la hora de plantear los números corales del Requiem”. Jorge Losana nos recuerda las similitudes entre el motivo de la fuga Kyrie eleison del Requiem y el número “And with His stripes we are healed” de El Mesías.
Ese mismo año, Mozart escucha los motetes de J. S. Bach en una visita a la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig y exclama impresionado: “¡Al fin algo de lo que se puede aprender!”. Losana advierte como: “El dominio del contrapunto y del estilo fugado dejan huella en el Christe eleison o en la fuga del Ofertorio con el texto Ne absorbeat”.
El Requiem está escrito en la tonalidad re menor, lo que según el teórico del barroco, Johann Mattheson, incita a la devoción y a la paz del espíritu. Aprovechamos los conocimientos de Jorge Losana como Diplomado en Educación Musical por la Universidad de Murcia, Graduado Superior en “Dirección de Coros” por el Conservatorio Superior de Música de Murcia, con una formación complementaria en Dirección Coral en la Staatliche Höchschüle für Musik und dartstellende Kunst de Mannheim (Alemania), para que nos explique más cosas sobre este asunto: “La tonalidad durante el barroco no se elegía al azar, sino según el afecto. Esta teoría de los afectos y de la elección de la tonalidad tiene una gran importancia en la música de Mozart. No hay que olvidar el simbolismo de los tres bemoles en la música masónica del maestro austriaco.”
Por otro lado, el número del Requiem titulado Rex tremendae está escrito en la tonalidad de sol menor, que para Marc-Antoine Charpentier tiene un afecto severo y magnífico. Losana aclara que este número evoca el carácter de la ouverture française, con un marcado motivo majestuoso digno de la entrada de un rey y que se mantiene hasta la plegaria Salvame fons pietatis. Esta parte del Requiem es muy interesante desde el punto de vista vocal, ya que: “está cantada de forma antifonal primero (mujeres y hombres) y después pasa a homofónica, con un tratamiento del acompañamiento mucho más recogido y humilde”.
Antes de morir, Mozart dejó escritos en el Requiem casi todos los fragmentos del coro. La predilección del compositor por el conjunto vocal queda bien reflejada en el tratamiento de los cuatro solistas como grupo y no de una forma individual (a excepción del inicio de Tuba Minorum).
Como se dijo al principio, Lacrimosa merece una consideración aparte. Para Losana, estos compases son de una belleza y genialidad técnica y poética sobrecogedoras: “Mozart combina distintos recursos retóricos para transmitir toda la tristeza y desazón del día del Juicio Final”. Este director musical añade que los violines primeros lloran con un motivo que recuerda el suspiratio barroco – los silencios al comienzo de la frase que imitan sollozos – y el coro queda sin aliento al entonar el texto Qua resurget ex favilla. La desesperación ante la llegada del Juicio Final queda plasmada en la densa armonía y en la melodía cromática ascendente, que incrementa la intensidad de cada paso hasta llegar al clamor de la palabra “reus”, que es el trágico punto álgido de Lacrimosa.
Agradecemos mucho a Jorge Losana sus comentarios sobre el Requiem de Mozart. Durante las últimas semanas ha desarrollado un formidable trabajo preparando el coro para este concierto. No es la primera vez que abarca obras de este nivel, ya que también dirigió el coro de la Novena Sinfonía de Beethoven y de la Segunda Sinfonía de Mendelssohn. Realmente es admirable su capacidad para compaginar sus compromisos con la dirección de la Schola Cantorum Alfonso X “El Sabio”, la Escolanía de la Catedral de Murcia y el Grupo Vocal Cororao y sus estudios del Máster Universitario en Investigación Musical en la Universidad de Murcia y del Máster de Interpretación de la Música Antigua en la Escuela Superior de Música de Cataluña. Además, el sello discográfico Deutsche Gramophon acaba de editar su primer disco como director titulado Taizé: music of unity and peace.
Mozart en sus últimos días confesó a Constanza, su esposa, que se sentía muy enfermo y que realmente estaba componiendo su propio réquiem. Desde el punto de vista médico, es increíble como una persona tan enferma pudo escribir en algo más de un mes , una música de tanta calidad.
Si desean venerar al maestro, nos vemos en Lacrimosa.
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Lunes 23 de marzo, 20:30h. Sinfonía nº 29 y Requiem de Mozart. Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. Coro participativo. Olalla Alemán (soprano), Laura Vila (mezzosoprano), Tiago Olivera (tenor), Simón Millán (bajo). Jorge Losana (director del coro). Virginia Martínez (dirección musical). Entrada 18 euros (*). Socios de Promúsica: entrada gratuita.
(*) La Asociación Promúsica de Murcia se une a la conmemoración del día 23 de marzo de 1915 en que se aprueba la Real Orden de creación de la Universidad de Murcia facilitando cien invitaciones al concierto a la Comunidad Universitaria. Se podrán recoger por orden de petición a partir de las 9 h. del lunes en la oficina del SIU del Centro Social Universitario (Campus de Espinardo) y en el Servicio de Cultura (Campus de la Merced).