La música de Johannes Brahms (1833-1897) es uno de los regalos implícitos a la existencia terrestre. El compositor nacido en Hamburgo, en su sexta década de su vida conoce a otro músico de excepción, el clarinetista Richard Mühlfeld, y compone cuatro obras excepcionales para este instrumento.
El próximo lunes, el Cuarteto Saravasti destaca el significado romano de su letra V e interpreta en íntima simbiosis con Jesús Carrasco el Quinteto para clarinete y cuerdas en si menor , op 115 de Brahms. Se trata de una obra de madurez del maestro alemán compuesta en la primavera y verano de su estancia en Bad Ischl.
Aunque Brahms utiliza el clarinete desde sis primeras obras, le confiere un protagonismo especial en sus cuatro sinfonías en las que los empareja de forma magistral junto a las flautas, trompas y fagotes. Sin embargo, es en la música de cámara en la que usa el instrumento con especial maestría para expresar la intimidad y nostalgia otoñal que rodea al propio compositor.
El Quinteto para clarinete y cuerdas op 115 consta de cuatro movimientos: Allegretto, Adagio, Andantino-Presto nos assai, ma con sentimiento y Finale con moto. El ser humano tiende a asociar y agrupar determinadas obras maestras y el quinteto de Brahms no es una excepción. No podemos evitar encontrar paralelismos con el Quinteto de clarinete de Mozart y en la publicación de Colin Lawson dedicada a la composición de Brahms se enumeran algunas de las similitudes más evidentes. Los dos quintetos se inician con un movimiento en forma de sonata, tienen un movimiento lento de estructura ternaria y finalizan con una serie de variaciones. Curiosamente, la tercera variación del quinteto de Mozart tiene un aire melódico semejante a la que confía Brahms al violonchelo en el Finale con moto. Además en los dos primeros movimientos de los dos célebres quintetos, los compositores hacen que el material musical más relevante recaiga sobre el clarinete y el primer violín. Para terminar, hay que decir que ambos quintetos requieren de una interpretación impecable por parte del clarinetista, que debe aunar madurez interpretativa, depurada técnica y experiencia musical.
Estas cualidades las reune de sobre Jesús Carrasco, profesor del Conservatorio de Música de Murcia y primer clarinete solista de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia que, arropado por la fiabilidad y solvencia de los músicos del Cuarteto Saravasti, nos asegura de antemano una experiencia auditiva musical e intelectual única para el oyente.
Podría contarle muchísimas cosas sobre este Quinteto para clarinete de Brahms ya que la genialidad del compositor está presente en cada detalle. Es posible que me anime a hacerlo en un futuro cercano aunque tenga que dedicar un post del blog a cada movimiento. De momento les invito a redescubrir en vivo esta obra maestra tan singular que pivota sobre la tonalidad de si menor y a que estén muy pendientes de como finaliza el Adagio, uno de los momentos más sencillos, emotivos y sublimes de la historia de la música de cámara.
Lunes 23 de noviembre, 20 horas. Sala Miguel Ángel Clares del Auditorio Víctor Villegas de Murcia. Cuarteto para cuerdas en la menor nº 2 op 51 y Quinteto para clarinete y cuerdas en si menor op 115 de Johannes. Brahms. Jesús Carrasco (clarinete) y Cuarteto Saravasti. Entrada: 12 euros