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Carlos Escobar

Música inesperada

Dos voces con alma

La música de cámara es la forma más pura para expresar el arte de combinar y estructurar sonidos. Entre las obras más sublimes de este género destaca el Quinteto de cuerdas en Do mayor (D.956) de Franz Schubert, constituida por cuatro movimientos independientes absolutamente grandiosos. Esta composición es especialmente original por la presencia de un segundo violonchelo y por el tratamiento que hace el maestro austríaco de las cinco voces.

El Cuarteto Saravasti ha incluido acertadamente en su tradicional Concierto de Navidad esta colosal obra y, como ya ocurrió hace cuatro años, confía en el violonchelista Lorenzo Meseguer, titular de la Orquesta Balthazar Neumann de Friburgo,  como invitado para completar el quinteto de cuerdas. Si en 2011 era Enrique Vidal, violonchelista del Cuarteto Saravasti el músico que interpretaba el papel de primer chelo y Lorenzo Meseguer era el segundo chelista, en esta ocasión van a intercambiar esta responsabilidad.

Por ello, en este post entrevisto a esta pareja de formidables músicos von el objeto de conocer qué expectativas les genera volver a interpretar esta obra y aclarar qué intenciones podría tener Schubert al doblar la voz del chelo. 

Schubert concibe este quinteto como una pieza orquestal sinfónica tanto por la extensión, la densidad y el tratamiento de los instrumentos. Además, la libertad de las cuerdas Do (tónica) y Sol (dominante) del violonchelo, al aire en este instrumento, amplifica la tonalidad de Do mayor de la obra. 

Tanto Enrique como Lorenzo opinan que Schubert aprovecha con sabiduría la versatilidad del registro del violonchelo para reforzar los pasajes de sonoridad más exigente (como en el Presto del 3º movimiento), incrementar el color y la textura (como en el Segundo movimiento), expresar sentimientos de recogimiento y contemplación (como en el Trío del 3º movimiento) y como elemento melódico integrado con las voces de la viola de Pedro Sanz o de los violines de Gabriel Lauret y Diego Sanz.

Quique Vidal nos recuerda que “la función del segundo chelo es más rítmica y armónica que la del primero, aunque hay momentos que comparten melodía y contrapunto”. En este sentido, Lorenzo destaca la primera intervención del famoso dúo de violonchelos, “que no volvemos a oír más de este modo en el resto de la obra. En cuanto a la sección central del segundo movimiento, cuya música es muy expresiva y por momentos desgarradora, el primer chelo comparte la melodía con el primer violín en un registro muy alto mientras que el segundo chelo se mueve en el registro más grave agitando toda la sección en cada intervención”. 

Lorenzo y Quique alternan sus roles en el quinteto con respecto a 2011 y al preguntarles sobre lo que esperan uno del otro en este concierto del lunes, Meseguer confiesa que, a pesar de haber tocado anteriormente esta obra, “cada vez que me enfrento a la partitura veo cosas nuevas. Quique va a tener más responsabilidad ya que la voz de segundo violonchelo es la más importante porque tiene que liderar en todo momento la música”. Enrique Vidal, imagina un primer violonchelo con dos caras, “como una segunda viola cuando comparte la melodía y como otro chelo cuando tocamos al unísono o en octavas, para lo que necesitamos compenetrarnos al máximo”.

Para concluir, les pido a Vidal y a Meseguer que elijan el fragmento del Quinteto para Cuerdas de Schubert que consideran más importante, a sabiendas de la dificultad que conlleva esto. Quique se decanta por el fragmento ya comentado en el que “los dos chelos se encuentran más alejados el uno del otro, en la parte del segundo movimiento escrita en Fa menor, donde el primer chelo comparte una hiriente melodía con el primer violín en una tesitura bastante aguda, mientras que el segundo chelo percute tresillos en la cuerda más grave que parecen no acabar nunca”.  Lorenzo se queda con el Trio del tercer movimiento ya que “es el momento en el que debemos transportar al público y a nosotros mismos a otra dimensión tanto en lo musical como en lo espiritual”.

Espero que tengan ustedes la oportunidad de venir a la Sala Miguel Ángel Clares del Auditorio de nuestra ciudad a escuchar esta colosal obra de cámara. Lorenzo Meseguer la define como “una lucha constante entre el mundo terrenal y el mundo celestial, ya que Schubert escribió la composición poco antes de morir. Creo que es un recorrido vital con elementos folclóricos, festivos y religiosos así como momentos de su niñez cuando era corista en la Capilla Imperial de Viena”. 

Creo que el mayor atractivo de la música de Schubert es su desconcertante originalidad y simplicidad. Les animo a comprobarlo en directo.

Lunes 28 de Diciembre, 20 horas. Auditorio Víctor Villegas. XVI Concierto Extraordinario de Navidad. Cuarteto de cuerda en Do mayor opus 22 nº3 “El Pájaro” de Haydn, Quinteto para cuerdas en Do mayor opus 30 nº 6 “La música nocturna de las calles de Madrid” de Boccherini y Quinteto para cuerdas en Do mayor D. 956 de Schubert. Cuarteto Saravasti y Lorenzo Meseguer.

 

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por Carlos Escobar

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