Hace dos días conocíamos la programación del Auditorio Víctor Villegas para la temporada 2016/17. A pesar de lo atractivo que es la escucha en directo de música de Mahler, Shostakovich, Chaikovski y Strauss, por nombrar a los compositores que más protagonismo van a tener, tengo que mostrar mi pequeña decepción por lo que considero una falta de imaginación y de mimo hacia nuestra orquesta regional.
Como no soy un experto en gestión cultural, no voy a entrar en valoraciones al detalle de la propuesta cultural de conciertos y danza, pero como aficionado a la Música Clásica me preocupa la permanente dejadez de los responsables culturales en los aspectos más básicos y fundamentales del cuidado y supervisión de nuestras orquestas.
Aprovechando mi condición de médico y melómano, me explicaré parodiando lo que debe ser la reanimación cardiopulmonar musical básica (denominada en el argot hospitalario RCP básica) para la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia (ÖSRM) y la Orquesta de Jóvenes dela Región de Murcia (OJRM).
Tampoco tengo formación en la gestión de orquestas y no voy a incidir en las necesidades urgentes que tiene nuestra ÖSRM al margen dela RCP básica. Realmente, estos primeros auxilios pretenden evitar posibles daños culturales irreversibles “mientras llega la ambulancia”.
Si la ÖSRM no respira, creo que hay que potenciar su protagonismo en la programación de Auditorio Regional y de una vez por todas no separar un ciclo específico para ella de otro ciclo que curiosamente se sigue denominando “Grandes Conciertos”. ¿Acaso es que no se considera un gran concierto la interpretación de una segunda sinfonía de Rachmaninov o una cuarta sinfonía de Mahler interpretada por la ÖSRM?
Vivimos una época en la que los recursos económicos son limitados y precisamente por ello hay que invertir muy bien en lo nuestro. La ÖSRM es una excelente orquesta y tiene al frente a una de las mejores directoras del continente, por lo que el hecho de pivotar la actividad musical del Auditorio sobre este grupo de músicos , permitiría que disfrutásemos de directores invitados y solistas de contrastado nivel con un coste muy inferior al que resulta de traer otras formaciones que muchas veces “vienen haciendo bolos” por nuestro país. Creo que esto supondría una bocanada de aire fresco para nuestros excelentes músicos, sin renunciar a la contratación de una o dos orquestas o formaciones de música de cámara de primera fila.
Esto ya lo están haciendo en otras ciudades españolas, que no sólo apoyan a su orquesta y a la Música Clásica, sino que abren el abanico a producciones y programas autóctonos en los que la música se combina con otras disciplinas como el cine, la pintura, el teatro, el cine o el diseño, entre otras.
Hace ya casi cuatro años que la Orquesta de Jóvenes de la Región de Murcia (OJRM) no respira ni tiene pulso y en este asunto nuestros responsables culturales tienen que encontrar el punto exacto para “hacer compresiones de pecho”. Es inadmisible que un proyecto educativo y formativo pionero en España, con una trayectoria de 30 años y con unos resultados artísticos incuestionables haya quedado totalmente desmantelado. Me consta que la Consejería de Cultura está al tanto de lo grave que es esta situación y que no han faltado las llamadas de atención de muchos músicos murcianos que forman parte hoy día de las mejores orquestas de Europa (Berlín, Amsterdam, Friburgo, Lisboa, Copenhage y Boston, entre otras). Todos ellos se formaron en su día en la OJRM y nadie les contó que cuando vinieron a tocar en el concierto del XXX Aniversario de la OJRM, realmente asistían a la ceremonia de clausura de la misma. Son casi cuatro años en los que nadie ha sido capaz de destinar una pequeña partida económica a reactivarla, lo que es vital para el futuro cultural de Murcia.
No sabría decir cuál sería el número ideal de “compresiones de pecho” que necesitan la ÖSRM y la OJRM, pero sí de lo importante que es una RCP musical básica para que esta situación de extrema gravedad sea revertida.
Por lo pronto, vamos a tratar de disfrutar de la temporada musical y de danza. Todavía queda pendiente hacer campaña para animar a los distintos colegios profesionales y colectivos culturales de la Región para que se interesen por la programación del mismo, así como planificar la publicidad de la actividad artística con la misma intensidad e intención que aplican nuestros vecinos del Auditorio de El Batel de Cartagena. Por el camino también ha quedado una propuesta de constituir un club de abonados al Auditorio Víctor Villegas y que la administración no considera de momento interesante.
Sobre la Música de Cámara en el Auditorio, hablaremos en otro post.
¿Seguiremos vivos cuando llegue la ambulancia?