>

Blogs

Carlos Escobar

Música inesperada

La ópera ideal

El enigma que encierran las partituras musicales da pie a que se hable sobre sobre ellas una y otra vez sin llegar a conclusiones definitivas. La flauta mágica es una las óperas que entraría dentro de esta categoría por muchos motivos.

El primero de ellos es su calificación como “apta para todos los públicos”. Tanto el argumento como la música y la colorida puesta en escena son un deleite para pequeños y mayores. Como asegura Nikolaus Hanoncourt en una entrevista incluida en Diálogos sobre Mozart (Acantilado, 2016), “sin duda, es un cuento de hadas […] la música es de una sencillez que resulta difícil asociarla mentalmente con la última obra de Mozart”. La genialidad del compositor de Salzburgo permite que el ritmo y la sencillez de la partitura sean comprensibles y fascinantes para niños, para personas sencillas y para los más exigentes expertos musicales, en opinión de Hanoncourt. 

El ser humano se hechiza cuando le cuentan historias que, si son ágiles en cuanto al ritmo y están llenas de humanismo, como ocurre con La flauta mágica, hacen que éste mantenga un estado permanente de alerta y avidez por conocer qué va a suceder a continuación, aunque sepa de memoria la trama.

Sin embargo, debajo de esta aparente sencillez musical hay una elaborada intención por parte del compositor. Si se analiza la partitura, se comprobará que es cierta la aseveración de Hanoncourt cuando responde en sus diálogos: “Mozart estaba entusiasmado con el libreto”. La utilización que hace el compositor de los elementos populares muestra que pensaba en el público que asistía al Theater auf der Wieden, donde los dúos, tríos, cuartetos y quintetos vocales se suceden de tal forma que nunca decae la acción. Entre estos elementos musicales también figura el vals que suena cuando las tres damas se disputan a Tamino.

En la guía de audición de La flauta mágica del sello MA NON TROPPO (Robinkook, 2000) se destaca como Mozart pone la música al servicio de la acción, confiriéndole a ambas la misma importancia. Así, los preludios orquestales y las introducciones de las arias, no sólo van a introducirnos en la escena, sino que posibilitan que la acción comience a desarrollarse antes de que el personaje cante (dos ejemplos serían la huída de Tamino de la serpiente o las continuas bromas de Papageno). 

¿Cómo son los personajes de La flauta mágica? Hanoncourt aporta la idea de que Mozart no nos representa a la gente como buena y mala, sino que “cada personaje puede ser ambas cosas”. Esta duplicidad se manifiesta a la perfección en La Reina de la Noche que inicialmente se muestra como una madre dolorida que convence al príncipe Tamino de que Sarastro es el malo que ha secuestrado a su hija Pamina, y en otro momento de la ópera se rebela en una mujer vengativa llena de ira.

Mozart escribe una música distinta y especial para cada personaje. Para Pamina emplea la armadura de clave en Mi bemol que es el tono del amor, para Papageno usa sol mayor que representa al pueblo llano, a Sarastro como simboliza la justicia y la sabiduría le otorga la tonalidad de la luz, do mayor. Además, el compositor hace un uso muy concreto del intervalo conocido como sexta napolitana para reflejar emociones o estados de los personajes.

Otro aspecto interesante de La flauta mágica es su relación con la masonería. Mozart y el libretista Schikaneder eran masones y la ópera contiene muchos símbolos de la logia en un intento de difundir al público estos ideales. Entre los elementos que forman parte de la alegoría masónica están el recorrido iniciático de la pareja formada por Tamino y Pamina, las ideas de  libertad, igualdad y fraternidad así como la omnipresencia del número tres (tres damas, tres muchachos, tres bemoles del mi bemol (que es la armadura de clave de la partitura), tres puertas y tres pruebas a superar, entre otros.

Como en esa época la masonería no era aceptada, el compositor y el libretista utilizan los personajes para representar a los distintos estamentos sociales. Así, Tamino, el joven príncipe que se muestra un tanto desorientado, carente de agresividad y ávido de conocer la verdad y el amor sería el emperador José II; Pamina representa al pueblo austríaco ilustrado; Sarastro es el célebre científico y pensador Ignaz von Born y el carácter despreocupado de Papageno y Papagena, lo identifican con el pueblo llano que no está contaminado por el pensamiento de Rousseau. Algunos emparejan a la inestable y codiciosa Reina de la Noche con la emperatriz María Teresa, sin embargo, otros musicólogos, alegando que la emperatriz falleció años atrás, piensan que representaría a la Iglesia. Este sería el motivo por el que Mozart le asigna dos arias fantásticas, en la línea del resto de la ópera, pero en un estilo anticuado, en un intento de mostrar el carácter desfasado  y caduco de lo que representa el personaje. Finalmente, Monostatos, el esclavo de tez negra, simboliza al clero o a los jesuitas.

Volviendo a los Diálogos sobre Mozart, para Nikolaus Hanoncourt los personajes de La Flauta mágica son en realidad los miembros de una familia cotidiana en la que surgen problemas a raíz del reparto de una herencia, de forma que la Reina de la Noche no estaría conforme con que legado que ha recibido (de su difunto marido) Sarastro, un amigo de la familia y a partir de ahí se desencadenan los acontecimientos.

En cualquier caso, La flauta mágica, como les decía, da y dará lugar a muchas interpretaciones. Como lo principal es su música, les propongo la audición de la obertura de esta genial ópera, escrita en la tonalidad de mi bemol. El Adagio inicial comienza con tres acordes muy reconocibles: mi bemol, sol y si bemol, en una clara alusión a la masonería. Se completa con un Allegro fugado donde los instrumentos se suceden unos a otros siguiendo auténticos juegos de imitación que son una delicia para disfrutar en familia.

Temas

por Carlos Escobar

Sobre el autor


mayo 2020
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031