Ocho días antes de Navidad se celebra el de Nuestra Señora de la Esperanza, sentimiento que es el heraldo de los buenos deseos para las fiestas navideñas. Son fechas señaladas para el recuerdo de los que ya no están y para añorar tímidamente nuestras carencias como seres privilegiados. Los problemáticos hogares sin vías de escapatoria quedan muy alejados de la memoria cuando el estómago tiene sobrecarga de trabajo.
Aún así, esta Navidad es diferente. Vivimos en una pandemia que nos atañe a todos porque somos víctimas y, al mismo tiempo, problema y solución. Nos sentimos capaces de todo, pero la fortaleza interior se resiente ante la incapacidad de predecir el futuro. La Navidad nos devuelve a la infancia, periodo donde no nos cuentan toda la verdad y la incomprensión nos sumerge en la esfera de los desafectos. Afortunadamente, la figura materna que nos dio la identidad como europeos mantiene vivo su instinto protector y nos permite seguir soñando en la adversidad.
Todo esto me recuerda a Summertime, la canción compuesta en 1934 por George Gershwin con letra del poeta y novelista DuBose Heyward autor de Porgy (1925), texto narrativo que sirvió de base a la ópera Porgy and Bess.
Summertime es la nana con la que Clara, la mujer de un humilde pescador, intenta tranquiilzar a su bebé. Ella le canta al pequeño sobre el verano equiparándolo al Cielo Eterno, periodo de bienestar, donde un papá rico y una bella mamá velan para que no te amenace nada en una estación tan vital, que los peces saltan y el algodón crece. Clara transmite a su niño que espere hasta su llegada al Cielo. Entretanto no debe temer nada si sus padres están con él, condicionante que transforma la nana en un lamento materno lleno de desconfianza.
¿Cuál es el secreto de la eternidad de Summertime? ¿Por qué se han hecho más de 30.000 versiones de la partitura original? Efectivamente, han sido multitud los artistas que han dado su toque personal desde el jazz, blues, gospel, reggae, pop o rock´n roll, logrando recrear auténticos hits musicales y renovando la popularidad de Summertime para las nuevas generaciones.
Resulta curioso que la canción más versátil de la historia de la música fuese una de las primeras composiciones de Gershwin, un joven músico de una familia de inmigrantes rusos de origen judío que desde niño mostró grandes dotes para la composición y el piano. Porgy and Bess fue escrita siguiendo la tradición operística europea con claras inspiraciones en el jazz, blues y espiritual afroamericano, añadiendo algunos elementos sociolingüísticos de la población de raza negra de Carolina del Sur.
La tonalidad de Summertime es la menor, lo que le confiere un sentimiento anhelante y de melancolía, al tiempo que evoca los días soleados y perezosos del verano. Con tan sólo seis acordes, Gershwin juega con nuestras expectativas y emociones. Hay en toda la pieza una mágica alternancia entre los acordes de la menor y mi mayor, lo que genera el balanceo de cuna donde nos instala el compositor americano. Esto tiene su explicación musical ya que si se tocan lentamente ambos acordes, al compartir la nota mi, se produce un efecto de letargo estival todo en un ambiente de blues. Otra tonalidad importante de la pieza es la de do mayor, que aparece cuando la soprano canta “hush little baby” (silencio bebé), lo que genera un rayo de luz en la sombra de la tonalidad de la menor.
En cuanto a la melodía de Summertime, podemos decir que está dentro de la línea de los espirituales afroamericanos y que la voz de soprano se mueve dentro de la octava mi-mi contenida dentro de las cinco líneas del pentagrama, desde el tono alto de “Summertime” y el bajo de “easy”, con un desconcertante efecto contrario cuando se canta en el registro más bajo la frase “el algodón está alto” (“the cotton is high”).
La música compuesta para unir a las personas, a veces las divide. Porgy and Bess, fue ideada por músicos y escritores de raza blanca para un exclusivo elenco de artistas de raza negra, lo que se entendió como una discutible y falsa representación de los estereotipos raciales. Así, hasta su consolidación como obra musical de referencia, la ópera tuvo poco éxito en su estreno y pasó por fases de escasa aceptación. Sin embargo, algunos temas de la obra se convirtieron en iconos de movimientos como el Renacimiento de Harlem o el activismo de los derechos civiles.
La canción está estructurada en forma de estrofa del tipo ABAC, donde la melodía es la misma en la primera y tercera línea. La soprano lírica ajusta las palabras al canto de una manera silábica (una nota por sílaba) empleando la técnica jazzística del portamento (deslizamiento de la voz entre las notas musicales). El acompañamiento repite algunos fragmentos de la melodía cuando no se oye a la soprano, lo que es una influencia de la música africana. Con frecuencia, el compositor emplea el cromatismo y la típica nota de blues, dentro de un sencillo ritmo con notas sostenidas y escasas síncopas.
Summertime es una nana muy especial que refleja el conflicto entre la dura vida terrenal y la promesa de una recompensa celestial. Es una de las obras que se interpretarán en la Gala de Reyes de la Orquesta y Coro RTVE que la directora Virginia Martínez dirigirá el próximo 5 de enero a las 19:30h desde el Teatro Monumental de Madrid. No se la pierdan, la emiten por La 2 de TVE.