En Semana Santa, la tradición emerge con la fuerza de la primavera. Generación tras generación, los sentimientos de duelo por la muerte de Cristo son transmitidos de padres a hijos y de abuelos a nietos con un fervor incombustible. La música, como medio expresivo, es un vehículo ideal para canalizar los misterios del dolor y los oficios de tinieblas.
Aunque muchos compositores se han acercado a la Pasión y Muerte de Cristo, Franz Joseph Haydn (1932-1809) en su obra “Las Siete Últimas Palabras de Cristo en la Cruz” nos pasea por el monte Gólgota de una manera conmovedora con un lenguaje sencillo y perfectamente asimilable por el oyente.
En un post de Música Inesperada del 12 de marzo de 2013, titulado “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, ya comentábamos con el Cuarteto Saravasti esta composición del músico austríaco en torno a las últimas siete frases que pronunció Jesús antes de morir.
La tradición traslada de nuevo a los músicos del Cuarteto Saravasti al pie de la Cruz del Salvador, lo que es un acontecimiento cultural de primer orden. Estos cuatro intérpretes han preparado un concierto con un renovado contenido audiovisual que acompañará a la música de Haydn y despertará la sensibilidad del público .
La composición es encargada a un Haydn ya en su madurez por la Hermandad de la Santa Cueva de Cádiz para los oficios del Viernes Santo. El compositor debía escribir siete movimientos lentos y monotemáticos con un duración similar, lo que no casaba con la moda musical de la época, en la que se buscaba el contraste entre movimientos para mantener la atención del oyente. Por ello, el maestro austríaco utiliza la forma sonata en todos los fragmentos de “Las Siete Últimas Palabras de Cristo en la Cruz”, pero pivota con tal maestría en torno a la tonalidad de do menor, que nos nos damos cuenta de ello hasta el segundo movimiento.
¿Pero cómo consigue Haydn emocionarnos a pesar de estar inmersos en una supuesta monotonía? Si analizamos la partitura, observamos como en cada sonata hace un uso muy inteligente de distintos elementos compositivos como son, dinámica, ritmo, cambio de tonalidad, orquestación, pizzicato y contrapunto, entre otros. Me gustaría llamar la atención sobre el interesante motivo central de la sonata VI y el hecho de que los movimientos primero y último (Introduzione e Il Terremoto) tengan una estructura un tanto amorfa con respecto a la claridad de la arquitectura del resto de la obra.
“Las Siete Últimas Palabras de Cristo en la Cruz” es una obra única dentro de las composiciones de Haydn. El ambiente sombrío es más propio del periodo Sturm und Drag del músico vienés, que con esta obra crea auténticos movimientos sinfónicos de genial orquestación para transmitirnos con veracidad la esencia de la Pasión y Muerte de Cristo.
Ya es Semana Santa. Exploren su interior porque Haydn sabe muy bien hasta que punto son sensibles.
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Lunes, 30 de marzo a las 20 horas en el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas. “Las Siete Últimas Palabras de Cristo en la Cruz” Op. 51. J. Haydn. Cuarteto Saravasti. Entrada: 12 euros. Con carnet de estudiante: 6 euros.