Hoy es un día triste para la música. La tormenta invernal nos ha arrebatado la voz de José Ferrero, el tenor español respetado internacionalmente y con una estela emergente que recorrió las más consagradas salas del mundo.
A José Ferrero lo conocí en mayo de 2010 durante los ensayos de La Flauta Mágica programada en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia. Me pareció un tenor fantástico que con una potente y cálida voz dió vida a un Tamino noble, ilusionado y decidido, tal y como yo entiendo al personaje de esta genial ópera de Mozart.
Justo un año después, un amigo común me proponía que lo invitara a la Schubertiada de verano que desde hace años organizo junto a mi familia en casa y que ese año coincidía con el Día Europeo de la Música. Mi amigo Juan Rodríguez me confesaba que este destacado tenor albaceteño, había debutado en Düsseldorf en 1997 y que siempre había sentido curiosidad por participar en una Hausmusik de las que tanto le hablaban otros cantantes alemanes y que en España no eran nada frecuentes.
Como imaginarán, la sorpresa en casa fue mayúscula. Todo un tenor profesional quería venir a la Schubertiada como uno más de nuestros amigos músicos. Por supuesto, acepté la oferta inmediatamente al tiempo que rondaron por mi cabeza tres ideas muy inquietantes. La primera preocupación surgió porque alguien reparó en el riesgo que correría la cristalería de casa al exponerse a una voz tan potente. El segundo quebradero de cabeza relacionado con lo anterior, era localizar un lugar adecuado provisto de piano para la Schubertida. Afortunadamente, la Sala Alta del Real Casino de Murcia no estaba reservada y la institución apoyó la celebración del Día Europeo de la Música como un acto cultural de interés social.
La tercera inquietud fue bastante más íntima y personal, ya que José Ferrero me pidió que lo acompañara al clarinete en uno de los tres Lieder que interpretaría. Yo, que objetivamente soy un modesto aficionado a la música, tenía que preparar la partitura para clarinete de El pastor en la roca de Schubert para tocarlo junto al Tamino que tanto me había impresionado un año antes.
Ese 21 de junio de 2011 tuve el honor de hacer música junto a José Ferrero. Desde entonces, hemos coincidido por distintos motivos y hemos bromeado sobre ese día inolvidable para mí. Ese mismo año, José fue premiado por la crítica como Cantante Revelación de la temporada del Liceu de Barcelona y por la Revista Opera Actual como Tenor del 2011 y ¡todo eso pasó casualmente poco después de nuestra actuación en la Sala Alta del Casino de Murcia!
A partir de hoy voy a echar mucho de menos a José Ferrero. Pero este buen recuerdo musical que comparto con familiares y amigos relacionado con esa entrañable Schubertiada, hace que todo lo vea con una perspectiva más positiva.
Entre todos los papeles que interpretó José Ferrero, Siegmund (primer acto de La valkiria de Richard Wagner) era uno de los más especiales para él. Por ello, como tributo a este fántástico musicólogo y cantante, les dejo con el vídeo de Winterstürme, en el nos convence de como la tormenta invernal cede ante la luna de la primavera, una primavera cuyas delicadas armas dominan el mundo.