¿Saben por qué Hello Kitty no tiene boca?. La mayoría de mis pacientes pediátricos (y los familiares que los acompañan) conocen la respuesta correcta a esta pregunta.
La creadora de esta gatita es la diseñadora japonesa Yuco Shimizu. Ella confiesa en una entrevista televisiva que el éxito de la muñeca radica en que, al no tener dibujada la boca, su expresión está poco definida y por ello puede adaptarse al estado de ánimo de la persona que está junto a ella. Hello Kitty está triste cuando estamos tristes y comparte nuestra alegría en nuestros mejores momentos. Es decir, nos comprende en todo momento.
Si tengo que elegir una obra con un efecto similar, me decanto por el Preludio para piano op 28, núm 4, en Mi menor de Frédéric Chopin. Creo que esta delicada pieza músical se adapta al estado de ánimo del que la escucha, por lo que es una pieza adecuada tanto para las situaciones ON como los momentos OFF.
No sé si ustedes son de esta opinión. En lo que sí vamos a coincidir es en la alta calidad artística de este preludio.
En el vídeo lo interpreta Grigory Sokolov.