Si existían algunas dudas sobre las aspiraciones de Alberto Garre, hoy desaparecen con la entrevista al presidente regional que publica ‘La Verdad’. ¿Significa eso que será el elegido? Realmente no, aunque tiene sus opciones en el proceso opaco y cerrado que practica el PP. Rajoy no desvelará los cabezas de listas para las autonómicas hasta, al menos, la primera semana de febrero, una vez celebrada la convención nacional del próximo fin de semana. Quiere que transcurra sin los líos internos que se avecinan si, como todo apunta, no va a contar con Esperanza Aguirre y Alberto Fabra, dos presidentes regionales del PP que se postulan para la alcaldía de Madrid y la Generalitat valenciana. La cuestión de fondo es si Rajoy también está dispuesto a incomodar, en año de elecciones generales, a un tercer presidente regional del PP, el de Murcia. Garre no ha sido ni es el candidato de Ramón Luis Valcárcel, quien siempre ha visto al actual jefe del Ejecutivo regional como una solución de transición. Aunque la relación entre ambos es fluida, tiene altibajos y el recelo mutuo es indisimulable. Es sabido que la apuesta de Valcárcel siempre ha sido el actual consejero Pedro Antonio Sánchez, pero ante el convencimiento de que su caso judicial seguirá vivo durante meses maneja alternativas que ya han llegado a oídos de Génova. Dos son los nombres que cobran fuerza en Madrid: Vicente Martínez-Pujalte y Antonio Gómez Fayrén. Ninguno de los dos se postula. Llegado el caso, el primero probablemente no diría que no y el segundo, aunque retirado de la política, podría verse ante un difícil dilema si quien se lo pide es el propio Rajoy o su mano derecha. La decisión final compete a Génova, aunque la cúpula nacional no decidirá sin oír al presidente del partido en Murcia. Pese a la falta de respaldo de Valcárcel, Garre tiene sus bazas, sobre todo si quien hoy retiene el mando absoluto en el PP regional opta por algún joven dirigente desconocido en Madrid y con bajo nivel de conocimiento entre los murcianos. No se puede decir que Garre haya deslumbrado con su discurso político en Génova, pero a diferencia de otros barones no ha creado problemas a Moncloa por la financiación autonómica y se valora su acción de gobierno, por ejemplo, en asuntos como el empleo. Garre ya le ha dicho a Rajoy que aceptará cualquier decisión porque, aunque tiene ganas y se ve con fuerzas, sus aspiraciones estarían ya colmadas. Pero si finalmente Génova apuesta por él, contra el criterio de Valcárcel, llegará la hora de elaborar las listas, que es lo que le quita al sueño a muchos de los cuadros medios del PP regional, y ahí habría más que fricciones si ambos no alcanzan algún pacto. El otro gran problema de los populares es la candidatura al Ayuntamiento de Murcia, condicionada por el caso ‘Umbra’. En juego no está solo la Glorieta. Una designación equivocada podría acabar con la mayoría en la Asamblea, hoy amenazada. Pronto se despejarán los interrogantes.