Valcárcel entregó el viernes las riendas del PP a Pedro Antonio Sánchez y el candidato no ha tardado en actuar para que se visualice. Convocó el lunes a su equipo de coordinación política, con el consejero José Gabriel Ruiz como gesto de integración, y ayer trasladó al grupo parlamentario que frene la ley del Suelo, la de Protección Medioambiental y la del Estatuto del Cargo Público, tres normas estelares del Gobierno de Garre, que quería aprobarlas a velocidad de crucero antes de que se disuelva la Asamblea. Por indicación de Sánchez, el PP comunicó en la Junta de Portavoces su decisión de alargar una semana la presentación de enmiendas a fin de lograr un consenso con la oposición. Todo huele, sin embargo, a que las leyes quedarán en vía muerta. Hoy lo único evidente es el mensaje político que lanzó ayer Sánchez.