En tiempos de Julio Camba los españoles iban pensionados a Alemania a hacerse sabios. Ahora en la viña de los que marchan a Bruselas hay cepas viejas, jóvenes y mediopensionistas, aunque los más rutilantes son los que van a pensionarse del ‘to’ (hablan de ‘phase out’ por no llamarlo ‘retiro dorado’) o como trampolín para otros menesteres. Pablo Iglesias, que antes de Europa ya hizo las Américas por Caracas, engrosa el segundo grupo. En un alarde de nadería, en lugar de los Episodios Nacionales de Galdós, ayer le regaló al Rey su serie fetiche, ‘Juego de Tronos’, un gesto tan vacuo como el plato ‘León come gamba’, esa patata cruda con bigote de crustáceo que expulsó al aspirante a médico de ‘Masterchef’. «’Juego de Tronos’ le dará claves de la política española», filosofó el aspirante a líder nacional. Conclusión: amamantarse de cultura televisiva deja secuelas y solo genera sabiondos.