«Al héroe de Cervantes y a los lectores tocados por la gracia de su novela nos resulta difícil resignarnos a la existencia de un mundo aquejado de paro, corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales y exilio profesional de los jóvenes como en el que vivimos». Son palabras pronunciadas ayer por Juan Goytisolo en su discurso de aceptación del Cervantes, todo un análisis descarnado, y cargado de fermento contestatario, de la realidad española. El aprendiz de escribidor, sin chaqué ni pelos en la lengua, puso el contrapunto narrativo a una EPA cuyo relato en cifras no produjo ni frío ni calor. Si bien la tasa de desempleo baja en la Región, ocurre en paralelo a un descenso de la población activa y de la tasa de ocupación. Al menos en materia de empleo, los vientos de recuperación son todavía una ligera brisa.