Así en el cielo como en la tierra, aquí nos pasa de todo. Si no teníamos bastante con el rezumado de lixiviados de la sierra de Abanilla, ahora nos cae la basura del espacio. El caldo deseado escasea y solo nos llueven pelotas del cielo. Andan las alturas revueltas con las esferas que aterrizan a pares y tanta presunta avioneta tocándonos las nubes. Es verdad que cada día amanece, que no es poco, pero como dijo Sazatornil en la película de José Luis Cuerda, estos misterios son un sindiós. Cualquier día alguien verá a los Tedax con su peculiar traje de faena junto a una megabola, jurará haber visto ‘hombrecillos verdes’ en Murcia y el tuiterío nos hará ‘trending topic’ mundial. Mejor tomarlo a risa. Que para llorar ya tenemos el aeropuerto cerrado de Corvera, todo un expediente X de altos vuelos.