Para unos huevos fritos con chorizo hacen falta una gallina y un cerdo. El grado de participación es diferente. La gallina solo colabora, pero el cerdo debe comprometerse. De hecho, lo da todo. Si quiere ganar con mayoría absoluta, Pedro Antonio Sánchez precisa del personal de cocina al completo. Aunque no le bastará con colaboradores que pongan un huevo de vez en cuando, aquí o allá. Busca máximo compromiso sin recompensa fijada de antemano. Si gana ya se verá, pero promete generosidad. Garre y los ‘ruices’ estarían por la labor. Ahora, tras la fetua de Valcárcel contra los infieles, «de dentro y de fuera», más de uno piensa que no llega políticamente vivo al verano. El problema también es para Sánchez. Todo lo que suma se lo restan Valcárcel y Cámara, que siguen a lo suyo: demostrar que la venganza no es un plato que se sirve frío. Hoy se escenifica Hamlet. Otelo queda para el otoño.