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Juan José Ríos

La i de innovación

El discurso del Rey

Un caso real (of course)

La película del mismo título, estrenada en 2010, se basa en la historia de Jorge VI,  padre de la actual reina Isabel de Inglaterra,  que superó una tartamudez que padecía desde niño a base de perseverancia y fruto de los  innovadores métodos pedagógicos de un logopeda australiano, Lionel Logue.

Eran tiempos convulsos, previos a la Segunda Guerra Mundial, que exigían un liderazgo decidido,  que uniera y movilizara a los ingleses con un lenguaje cercano y motivador. ¿Cómo podía alentar de esta forma a la nación un rey tartamudo?

Todo el mundo recomienda innovar, pero …

En la actualidad, pocas cuestiones suscitan tanta unanimidad en todos los discursos como la importancia de la innovación, en sentido amplio, como principal motor de prosperidad y de bienestar social en las sociedades modernas.

Proliferan las voces inspiradoras en forma de libros, conferencias, artículos o posts, de procedencia  institucional o privada, de índole científico-tecnológica, económica, social, técnica o divulgativa que abundan en los aspectos teóricos y metodológicos de la innovación, así como en las referencias a los casos de éxito más ilustradores.

Estas manifestaciones, todas sin excepción, son favorables a la cultura de la innovación. No tengo constancia de ningún testimonio en contra. Pero sí de autores que se pronuncian de forma más comprometida y transgresora que otros, con el ánimo de provocar cambios y de inducir actuaciones.

Uno de ellos es Virgilio Gallardo,  del que ya me hice eco en el post  rebeldes con causa. En otro artículo, bajo un titulo tan provocador, y tan sugerente a la vez, “Discursos y mentiras sobre innovación” , desgrana algunos motivos por los que las buenas intenciones se suelen quedar en palabras: falta de tiempo, de recursos y de implicación de los directivos.

Xavi Camps  dedica un post a una de estas razones, quizá, junto a la falta de compromiso de los directivos, la más socorrida: la falta de tiempo. 

reloj con leyenda

 

“Pocas fuerzas humanas son tan poderosas como una visión compartida” (Peter Senge)

Es importante generalizar la idea de que la innovación es un concepto transversal e inclusivo, que se basa en las personas, en su creatividad, en su conocimiento, en su motivación, en su capacidad de trabajar en equipo.

Afecta, por tanto, a la sociedad en su conjunto, al sector privado pero también al público,  y a los propios ciudadanos, superando los ámbitos puramente científicos y tecnológicos y los planteamientos estrictamente económicos.

El pleno desarrollo de un territorio requiere generar una visión compartida,  que los mensajes sobre la innovación lleguen a toda la sociedad y no queden confinados sólo a ciertos entornos especializados. Y que las palabras se traduzcan en hechos concretando actuaciones que prueben que la innovación es una apuesta estratégica real.

Visión compartida (http://innovationforsocialchange.org/claves-para-construir-una-vision-compartida-en-tu-proyecto-u-organizacion/)

 

Discurso de nuestro Rey

Para una institución de referencia en España, COTEC,  innovar es cambiar desde el conocimiento: “innovar es todo cambio (no sólo tecnológico) basado en todo conocimiento (no sólo científico) que genere valor (no sólo económico)”.

Las grandes causas siempre necesitan discursos movilizadores, como el que pronunció nuestro Rey, Felipe VI, el pasado 13/05/16  en el día de la Innovación, en la clausura del acto organizado por COTEC, del que extraemos algunas consideraciones:

S.M. Felipe VI, COTEC

 

  • La innovación debe ser un valor transversal de nuestra cultura que hay que abordar con una visión integral.
  • El reto de la innovación es un reto colectivo: son colectivos los éxitos de un país innovador.
  • Existe un paralelismo claro con el deporte. La creatividad es tan buena para la mente como el ejercicio físico para el cuerpo. Los éxitos individuales se potencian con la planificación a medio y largo plazo en su proyección a toda la sociedad.
  • El sistema educativo es fundamental. A innovar se aprende, y además, a cualquier edad.
  • Una Administración innovadora es un motor de cambio económico y social.
  • El papel de los medios de comunicación, y de los creadores de opinión es clave para difundir y resaltar los avances científicos, los conceptos y las mejores prácticas innovadoras.
  • Los trabajadores pueden y deben generar innovaciones en su puesto de trabajo.
  • Cualquier ciudadano puede aportar ideas que mejoren el bienestar social.
En resumen, todos juntos podemos construir una sociedad innovadora.

 

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Sobre el autor

Si tuviera que definirme en pocas palabras diría que me considero catalizador, promotor de cambios. Dentro de un espíritu inquieto y de sana rebeldía, me gusta definir las actuaciones dentro de un marco que las dote de coherencia. Me importa mucho el entendimiento personal. Mi mundo, hasta los 26 años, se ceñía exclusivamente al ámbito educativo. Estudié Matemáticas y la salida inmediata era la enseñanza. Nunca pensé que podría dedicarme a algo diferente. Me tocó vivir la eclosión de los ordenadores personales de la década de los 80. Empezaron a dotarse los centros educativos de PC ́s. Fui uno de los profesores de Informática de este primera ola. En esta época, junto a un amigo, adquirí mi primer ordenador personal (carísimo) para uso empresarial. Empecé a conocer el mundo de la empresa. En la década de los 90, me cautivó el Informe Bangemann, como marco inspirador de la Sociedad de la Información. De la mano de Juan Bernal, Consejero de Economía y Hacienda, fui Director General de Informática de la Comunidad de Murcia. Fue una etapa apasionante y creativa donde abordamos proyectos como la Red Corporativa de Banda Ancha, la adaptación al euro y el año 2000, la implantación de SAP o la realización de uno de los primeros proyectos de ciudad digital de nuestro país (Ciezanet). Compaginé, durante muchos años, la docencia con el desempeño de puestos de responsabilidad en empresas regionales del sector TIC. En 2009, como profesor, puse en marcha un proyecto innovador cuyo objetivo fundamental era comprometer a los padres en la mejora del rendimiento educativo de sus hijos (proyecto COMPAH). Empecé a familiarizarme con el mundo 2.0 y a emplear estos recursos en mis clases. Como admirador de Morris Kline, soy un amante de las aplicaciones de las Matemáticas al mundo real como elemento motivador de su estudio por parte de los alumnos. Mi primer contacto con las metodologías de la innovación (Design Thinking) se produjo en 2010, de la mano de un consultor, Xavi Camps, que me hizo ver que la creatividad y la innovación son la base de la prosperidad de las organizaciones y que estos atributos se pueden entrenar y perfeccionar. Desde entonces, soy un apasionado de la innovación como concepto transversal. Creo profundamente en la innovación pública. Las instituciones no pueden seguir funcionando casi como en el siglo XIX. Deben transformarse, en el contexto del paradigma de Gobierno Abierto, para convertirse en organizaciones centradas en los ciudadanos, transparentes, sostenibles, eficientes, ligeras y facilitadoras de la actividad empresarial y de la creación de empleo de la mano de iniciativas como el Open Data. Como ciudadano me preocupa especialmente la sostenibilidad de la sanidad pública, y de las pensiones, ahora que voy viendo cada vez más de cerca la edad de la jubilación. No sé contar chistes pero me divierte el humor surrealista y los juegos de palabras, que a menudo sufren familiares y amigos. He trabajado como asesor de innovación en la CARM (2012-2016). Actualmente he vuelto a mis clases en el IES Alfonso X El Sabio, soy Director Adjunto de la Cátedra Internacional de Innovación de la UCAM y participo en un proyecto empresarial.


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