El pasado sábado, 5 de octubre fallecía mi querido amigo Juan Madrid Conesa, víctima de una crudelísima e inesperada enfermedad, dejándonos un enorme vacío, no solo a sus familiares y numerosos amigos sino a toda la sociedad murciana, hecho que recogieron de forma destacada todos los medios de comunicación regionales, dada la notoriedad pública de este médico endocrino que hizo de la divulgación de los hábitos saludables su gran proyecto de vida.
De entre los innumerables testimonios de pésame conocidos, su colega, el exalcalde de Las Torres de Cotillas, Domingo Coronado, resumía de forma muy gráfica el sentimiento de dolor que nos ha embargado a todos, mezcla de incredulidad, de falta de lógica y hasta de cariñoso reproche por abandonarnos así: “Demasiado pronto, demasiado rápido, demasiado atropellado. Tú, que predicabas la tranquilidad, el sosiego, el saber cuidarse, vas y nos dejas”.
José Manuel López Nicolás, otro reconocido divulgador científico murciano que también se ha ocupado de los fundamentos de la buena alimentación, además de multitud de diversos temas de interés, expresó sus condolencias públicamente loando la figura humana y profesional de Juan Madrid.
Su hija Elena nos emocionó a todos en el funeral con un mensaje final lleno de sensibilidad y de cariño, agradeciendo las incontables muestras de afecto recibidas por la familia Madrid en estos duros momento y trasladándonos frases tan ilustrativas de la personalidad de su padre como esta: “Desde muy pequeños nos repetía a mi hermano y a mi que era difícil enseñar por medio de la teoría, pero breve y eficaz por medio del ejemplo. Y vaya ejemplo nos ha dado. Hasta el último segundo”
En palabras del fundador de la diabetes moderna, Elliot Joslin :”Los genes cargan el arma. El estilo de vida dispara el gatillo. Cualquier tratamiento será una pérdida de tiempo y dinero hasta que no se le capacite al paciente para entender su propia enfermedad».
Al binomio formado por la genética y los hábitos saludables, a efectos de determinar la longevidad de una persona, Juan le añadía la importancia del factor suerte, la que le ha fallado fatal e incomprensiblemente en su caso. Lo que no le ha faltado a nuestro querido amigo, hasta el último momento, ha sido el afán por que todos entendiéramos los principios de la buena salud (como recomendaba Joslin hace más de 100 años) y como acreditan su curriculum, el portal de Internet que impulsó, su programa de TV, sus conferencias y sus libros.
Lo que más he admirado de él, desde el punto de vista profesional, no ha sido solo su brillantez como médico o sus conocimientos como especialista, sino la humildad típica de los sabios que se esfuerzan para divulgar su ciencia, ponerla al alcance de todos, como una forma de servir a la sociedad.
Difundir el saber científico no era una tarea aparte de su labor, sino parte esencial de ella. Como decía Richard Feynman, premio Nobel de Física en 1965, uno de sus referentes, “si no puedes explicarlo de manera simple, no lo entiendes lo suficiente”. Y Juan dedicaba mucho tiempo a hacernos comprender conceptos complejos por medio de ejemplos didácticos entendibles por cualquier persona.
Una de las cruzadas a la que le dedicó especial ahínco ha sido la lucha contra la obesidad infantil, enfermedad con una imparable tasa de crecimiento en los países desarrollados, y de forma singular en nuestra región, en la que más de la tercera parte de nuestros niños tiene sobrepeso. Aquí recojo sus recomendaciones:
Para finalizar, hoy, más que nunca, como fiel escudero que he sido suyo durante muchos años, recuerdo a Juan como el gran hombre que ha sido: un amigo cercano, un maestro y un luchador incansable en la defensa de la salud. Su vida no ha sido tan larga como hubiéramos deseado, pero su legado vivirá en cada persona que lo hemos tratado, en cada seguidor de sus enseñanzas, en cada lector que descubrió en sus libros el valor de los hábitos saludables.
Artículos contando con el asesoramiento de Juan Madrid o en los que aparece citado: