No cabía un alma más, ayer, en el Aula de Cultura de Cajamurcia. La sociedad murciana se volcó con el merecido homenaje a la figura de Antonio Reverte, en correspondencia con el compromiso con la Región del que fue presidente del Consejo Económico y Social (CES) durante dos décadas. La memoria del catedrático que dejó para la posteridad un ejemplarizante legado de diálogo y consenso concitó a representantes públicos y sociales de todo signo, prueba palpable de que era un hombre de valía indiscutida. Las hermosas palabras de Clemente García, Chencho Arias, Alberto Garre y otros destacados intervinientes tuvieron un colofón especialmente emotivo cuando Concha, la viuda de Tono, subió al estrado para dirigirse al público. Fue un acto inspirador. De los que perduran en el recuerdo.