Un derrotista diría que entre el pie lesionado de James y la cabeza desnarizada del emperador Adriano falta un cuerpo entero, sin apreciar que pocas veces, como ayer, la Región es centro de interés informativo de medio mundo por hechos positivos. El prestigio médico de los doctores Ripoll y de Prado es un activo impagable en términos reputacionales. Y del hallazgo del busto imperial solo puedo decir que es espectacular. Una muestra más de la riqueza patrimonial de una Región, que podría tener en sus muchos yacimientos un foco de conocimiento y atracción turística único en España. Ahí está Cartagena como prueba palpable. Se precisa con urgencia que alguien descubra una buena cabeza, esta vez no de piedra marmórea, que tenga los pies en la tierra para dar cuerpo y proyectar todo lo bueno que tenemos.