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F.B.M.R.M.

Federación de Bandas de Música de la Región de Murcia

Apoyemos la base musical de la Región; sus bandas de música.

En un país plural como España cuya cultura atesora la riqueza de nuestra amplia y próspera diversidad, las comunidades autónomas promulgan el patrimonio que las define haciéndolas brillar con luz propia y reflejando a ojos de cuantos deciden adentrarse en ellas esa luz que las convierte en únicas e irrepetibles. Sin embargo y puede que debido a que una de las costumbres más absurdas como antiguas del ser humano es la de no valorar lo que tenemos hasta que lo perdemos o a que no en todas las zonas, como es el caso de la Región de Murcia, existe un fuerte sentimiento identitario que permita a sus ciudadanos valorar, apoyar o realizar acciones para el incremento de su legado material e inmaterial parece que nos hemos acostumbrado a todo lo bueno que tenemos y que el transcurrir del tiempo corrió en contra de nuestra memoria llevándonos incluso al olvido del esfuerzo que realizaron los que nos antecedieron para su consecución.

Si reflexionamos con respecto a la riqueza del patrimonio intangible murciano -concretamente el musical- no es difícil observar que existe una unión tan especial como fructífera entre dos palabras de hondo y profundo significado; música y banda. Esa relación tan real como evidente, manifestada a lo largo del tiempo a través de miles de músicos profesionales o amateurs que han convivido junto a ella y que sigue presentándose actualmente gracias a las cuarenta bandas federadas y su agrupación más representativa, la Banda Sinfónica de la Federación de Bandas más nuestras dos bandas militares, la del Tercio de Levante de Infantería de Marina y la de la Academia Militar del Aire nos lleva inevitablemente a concluir que hablar de música en Murcia es lo mismo que hablar de bandas. Por lo tanto, es lógico que si queremos cuidar nuestra cultura musical debemos apoyar decididamente su base, que son nuestras bandas y sus escuelas de música y trabajar no sólo para recuperar todo aquello que perdimos con el estallido de la crisis sino mejorar la situación existente anterior a ella.

Uno de los grandes hitos de la cultura musical murciana es sin lugar a dudas y por derecho propio el Certamen Nacional de Bandas de Música “Ciudad de Murcia” que se acerca ya a su vigesimoctava edición. Gracias a él, innumerables agrupaciones no sólo de nuestra comunidad han conseguido mejorar su nivel artístico enriqueciendo al mismo tiempo la cultura musical de sus localidades de origen. Actualmente y tras haber superado estos años de escaso presupuesto con la consiguiente y triste pérdida de alguna de sus secciones o la bajada de la dotación de los premios no hay razón para no sólo recuperarlo en todo su esplendor sino darle el impulso necesario que pueda seguir convirtiendo a la región en un referente artístico y musical nacional. Y mirando hacia el futuro, vienen a mi mente conversaciones pasadas entre compositores, directores de banda o músicos en las que hablábamos acerca de la necesidad de contar con un concurso regional de composición de música sinfónica donde no sólo se potencie la ampliación del patrimonio musical murciano sino también apoyar la labor de los compositores de la zona que nos vemos obligados a realizar gran parte de nuestro trabajo fuera por falta de oportunidades en nuestra propia tierra. Si queremos llegar a la trigésima edición a la altura que nuestra región merece sería imprescindible la organización de esa competición para el próximo año con el objetivo del estreno de las obras premiadas por parte de las bandas participantes en 2020.

Desde mi punto de vista considero ser una persona muy afortunada que trabaja en algo que me apasiona y encanta, que amo y da sentido a mi vida; la música. Esta satisfacción que ella me proporciona sumada a la sensación de serenidad que me otorga el saber que estoy recorriendo el camino que libremente decidí trazar tiene mucho que agradecer a una de las bandas de música de nuestra región ya que mis inicios musicales fueron en la escuela de la Agrupación Musical “Sauces” de Cartagena y mi pasión por la música sinfónica comenzó cuando ingresé en su banda. Pero no sólo ella fue decisiva para mi crecimiento profesional y personal ya que ahí estaba siempre el Certamen Nacional de Bandas de Música “Ciudad de Murcia” ayudando a que se forjara en mi personalidad la necesidad de un continuo espíritu de superación como estilo de vida al mismo tiempo que el desarrollo de mi técnica como clarinetista -aún recuerdo con cariño los primeros premios obtenidos siendo un adolescente en las ediciones de 1997, 1999 y 2004- y años posteriores recibía su respaldo a mi carrera como compositor tras ofrecerme la oportunidad de tener uno de mis trabajos sinfónicos como obra obligada de su primera categoría -Fantasía Op.14, 2010-. Tampoco puedo olvidar todos los conocimientos adquiridos y las grandes experiencias de amistad con otros músicos de la zona durante los diez años que participé como miembro de la Banda Sinfónica de la Federación de Bandas de la Región de Murcia. Toda esta sólida base sobre la cual pude asentar múltiples conocimientos posteriores fue imprescindible para llegar a mi situación profesional actual habiendo promocionado por el camino y a través de algo tan bonito como la música la ciudad de Cartagena y la Región de Murcia.

Por lo tanto, nuestras instituciones deben comprender la importancia de la inversión económica destinada al apoyo de las bandas y certámenes -no quiero tampoco olvidar el regional- y ello debe verse no como un gasto sino como una maravillosa oportunidad que nos llevará a un futuro cultural más rico en el que los músicos, directores y compositores que surjan gracias ella generen un extenso legado que engrandezca nuestro patrimonio inmaterial y que haga que muchas más personas puedan disfrutarlo conociendo al mismo tiempo a la Región de Murcia gracias a sus músicos y su música.

Javier Pérez Garrido.

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Nuestras Escuelas y Bandas de Música tienen mucho que decir


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