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Federación de Bandas de Música de la Región de Murcia

Conciertos educacionales

Cuando me dijeron que comentase unas palabras sobre los conciertos didácticos me di cuenta de que era un tema que podría dar para toda una obra completa por los muchos enfoques desde los que puede tratarse. Por ello, intentaré exponer de la forma más general posible los aspectos más relevantes o a destacar sobre los conciertos didácticos.

Los conciertos didácticos son conciertos realizados por músicos profesionales o semiprofesionales generalmente para niños de edad prescolar y escolar, aunque bien es cierto que este tipo de conciertos puede estar destinado para cualquier edad. Se vienen desarrollando a lo largo y ancho de nuestro país, así como alrededor de todo el mundo de una manera continua. No obstante, es preciso señalar que si bien en algunos lugares es un tipo de evento bastante recurrente y donde el público está familiarizado, en otros países y zonas geográficas no suele ser tan habitual encontrarlos.

Este tipo de conciertos tienen sus inicios en los primeros años del S. XX, aunque ya a finales del XIX podemos encontrar datos que recogen la existencia y realización de estos conciertos musicales, principalmente en la zona de Alemania y Austria. Pero no será hasta bien entrado el siglo XX hasta cuando no se empiezan a hacer populares, sobre todo en Estados Unidos. El fantástico y extrovertido compositor Leonard Bernstein, autor de genialidades como la conocida banda sonora “West Side Story”, entre otras, fue uno de los primeros compositores y directores que empezaron a hacer del concierto didáctico una práctica asidua contribuyendo, por ello, al fomento y difusión tanto de la música clásica como de otros aspectos musicales entre los jóvenes y adolescentes. La práctica de este tipo de concierto musical didáctico por parte de Bernstein en América supuso un verdadero auge e impulso de este tipo de proyectos orquestales por todo el mundo.

Estos conciertos se describen y titulan de manera muy diversa en diferentes países e idiomas. Nos podemos encontrar con títulos como “conciertos didácticos”, “conciertos escolares”, “espectáculos” o simplemente “conciertos para audiencias jóvenes”.

La razón de ser, el sentido y las causas de este tipo de espectáculos se pueden establecer de diferentes maneras y siguiendo diferentes perspectivas.

¿Por qué realizar conciertos didácticos para niños?

Una respuesta fundamental la podríamos encontrar en la Convención de los Derechos del Niño que tuvo lugar en 1989 en las Naciones Unidas, en la que prácticamente la totalidad de los países firmaron y en la que se estableció que los niños tienen derecho a participar en una vida cultural, como cita su artículo 31 y que los Estados deberán respetar y promover este derecho del menor a participar de forma plena en la vida artística y cultural, debiendo fomentarse el suministro de posibilidades y oportunidades apropiadas e iguales para actividades culturales, recreativas, culturales y de ocio.

Esta “participación cultural” mencionada en el citado artículo puede ser y llevarse a cabo de dos modos distintos; una participación cultural de una manera activa o pasiva. El niño forma parte activa cuando se adentra en primera persona en el mundo de la práctica instrumental musical o bien puede ser pasiva cuando asiste como mero espectador y oyente a un concierto en directo. Según datos de la UNESCO sobre las estadísticas culturales, la participación pasiva es la que alcanza “actividades de audiencias y donde los participantes consumen productos culturales”.

Ya sea activa o pasiva, dicha participación encierra en sí misma una actividad estética entre personas, así como un espectáculo en directo para niños, ya sea siendo éste el sujeto activo o el pasivo de la actuación. Por todo esto, un concierto didáctico tiene la posibilidad y todos los ingredientes necesarios para apoyar y contribuir a que los jóvenes participen en esa “vida cultural y artística” a la que tienen derecho y debe estar garantizada para ellos.

No cabe duda de que la música es fundamental por todo lo que encierra. Posee un gran potencial para el desarrollo integral de la persona y sus efectos son tremendamente relevantes, ya sea cuando un alumno toca un instrumento, canta o comparte experiencias musicales junto a los demás. Y todo esto ocurre y queda patente a través de un concierto didáctico.

La música nos ayuda a expresar todo tipo de emociones. Tiene una clara función expresiva. Mediante la música podemos expresar alegría, desesperación, tristeza, nostalgia, felicidad e incluso amor, en definitiva, un vasto conjunto de sentimientos diversos. Según Dorothy Miell, profesora de Psicología infantil: “la música es un canal fundamental de comunicación: proporciona un medio por el cual las personas pueden compartir intenciones, emociones y significados”. De ahí que cuando nos encontramos ante una obra de arte, como puede ser en nuestro caso escuchar una obra musical, se puede crear un cambio en nosotros, se convierte en una experiencia que impacta en las emociones y sentimientos llevándonos a experimentar con el mundo de las emociones.

Sabido todo esto, nos puede surgir la siguiente pregunta: ¿Qué importancia tienen en los niños los conciertos didácticos? O bien, ¿Qué beneficios aportan?

Cuatro pueden ser los argumentos para justificar y contestar sobre la importancia que tienen en los niños:
– En primer lugar, podríamos decir que es meramente una actividad estética, proporciona un impulso en el niño que colabora con su desarrollo afectivo y su maduración, fomentando así sus habilidades naturales y creatividad.
– Es una actividad significativa con gran potencial en su desarrollo tanto social como personal. Engendra una herramienta que aporta beneficios pedagógicos para la mejora de su aprendizaje.
– Es un medio excepcional para familiarizarse con diferentes modelos artísticos, con géneros y estilos musicales distintos al mismo tiempo que provoca un acercamiento y conocimiento a distintas culturas y sus patrones más característicos.
– Una experiencia educativa que trasciende del lenguaje verbal ofreciendo algo que no acostumbran a experimentar en su día a día, aclarar aspectos sobre sí mismos y sobre el mundo, llegando a tratar con sus propias emociones y sentimientos.

Los conciertos escolares o didácticos para los más jóvenes pueden entenderse, de este modo, desde diferentes maneras y perspectivas. En ocasiones nuestras bandas realizan estos conciertos didácticos expresando su necesidad de enseñar o transmitir algo a una audiencia. Otros los realizan con la finalidad de educar, socializar o incluso disciplinar a los niños para asimilar y aprender hábitos culturales. Es preciso tener claro que estos argumentos tienen un enfoque claro en el niño y en la idea de que el niño no es la audiencia del hoy, sino que es la audiencia del mañana.

No hay duda de que la mejor manera de percibir, comprender y sentir la música es mediante nuestros sentidos, por lo tanto, mediante un concierto didáctico, que no es otra cosa que un espectáculo en vivo y en directo, servirá para reforzar un tipo de aprendizaje musical general.

Pero sería inapropiado establecer este tipo de conciertos para las audiencias más jóvenes ya que son cuantiosos los conciertos que enseñan al público general determinados aspectos musicales.

Por citar unos pequeños ejemplos, en muchas ocasiones nuestras bandas de música realizan conciertos monotemáticos; estilos artísticos concretos, como la zarzuela y el pasodoble o sobre una época artística concreta y, al mismo tiempo, suelen ir explicando las características generales de las mismas. También nos encontramos conciertos donde se concreta, por ejemplo, a través del programa de mano, o de explicaciones o aclaraciones del director algún aspecto de la obra.

En este sentido hay autores que nos dicen que todo aquel concierto en el cual se establezca una relación entre el público-música de manera significativa, podría considerarse didáctico o educacional.

En un concierto didáctico se conjuga la música con otras artes, como el teatro mediante dramatizaciones, artes literarias, el movimiento y la danza, y hace que se conecte con muchos aspectos de la vida. Es por tanto un recurso necesario, imprescindible y un elemento que eleva a la música a un plano más elevado, no sólo se mantiene la música en su función de elemento decorativo, expresivo o estético, sino que alcanza un valor educativo importantísimo. Y es que, en la actualidad, inmersos en las nuevas tecnologías y en plataformas potentes de difusión musical como puede ser YouTube o Spotify, cada vez se hacen más necesarios este tipo de conciertos educacionales, como a mí me gusta llamarlos, para no sólo acercar a nuestros jóvenes a un tipo de música muy distante de la actual, sino de ayudarles a comprenderla, sentirla y apreciarla ya que hay un aspecto crucial: Lo que no se conoce, no se valora.

Diego J. Boluda.

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