España es sin duda un país atípico y diferente: tierra de contrastes, de gente brillante y también de grandes carencias y fracasos colectivos, relacionados la mayoría de ellos con la falta de conexión lógica entre administración y administrados y de los distintos pueblos de la geografía patria entre sí. Todo esto ha generado históricamente unas carencias que se han manifestado dramáticas en tiempos de crisis, pero que no han llegado a socavar los cimientos del Estado por la existencia de una tendencia secular de los españoles de todos los rincones a asociarse: a asociarse sí, para lo más variado: para la fiesta y el esparcimiento, para el socorro de los semejantes, para el deporte y el ocio. El asociacionismo amigos, nos ha hecho grandes, y en la Región de Murcia esto es un fenómeno fuera de lo normal: en el casino y en la parroquia, en los locales sociales y en los clubes de mayores todo el mundo se asocia para fines muy diversos.
Y la cultura del asociacionismo en las tierras de sureste y de levante nos sirve para explicar el fenómeno cultural que supone la existencia de las bandas de música, desplegadas por todo el territorio regional: en las zonas urbanas y en los caseríos; en los barrios, las pedanías y las diputaciones, en todas partes suena la música: en las fiestas, en el pasacalles, en las plazas y en los auditorios mayores y jóvenes se unen para hacer la vida más agradable a los demás. Y no son pocos, pues el colectivo, integrado por decenas de bandas de música, agrupado desde hace más de 30 años en la Federación de Bandas de Música de la Región de Murcia, presidida en la actualidad por Ginesa Zamora (cartagenera de Pozo estrecho), está formado por unas 50.000 personas entre músicos, profesores, educandos de las escuelas, directivos y familiares. Es un colectivo que trabaja las más de las veces de forma altruista o a cambio de una pequeña compensación económica (en el caso de los profesores) y que contribuye sobremanera a generar cultura, a formar a nuestros jóvenes y hacer que nuestra sociedad sea cada vez un poco mejor.
Los ayuntamientos, dentro de sus posibilidades, contribuyen a su sostenimiento aportando compensaciones económicas para apoyar su labor musical y formativa, facilitando locales para los ensayos y las actuaciones y capitalizando a las bandas para que puedan tener instrumentos para prestar a los que se inician como noveles en el mundo de la música. Pero esos aportes, y los recursos que generan las propias agrupaciones musicales, son insuficientes para cubrir los cuantiosos gastos que supone mantener una estructura tan compleja y costosa. Las bandas de música de la Región, salvada la crisis económica y regularizadas las situaciones laborales de directores y profesores de las escuelas, se enfrentan ahora a un futuro incierto en una sociedad cambiante, y al reto de poder tener, como otras regiones lo tienen, una ley integral hecha para potenciar, unificar y proteger nuestra cultura musical de base. Ante su inminente entrada en valor hemos de posicionarnos reclamando:
-Mantener la riqueza y tradición musical centenaria de las Bandas de Música de la Región de Murcia.
-Valoración de la metodología integradora y valores del espacio educativo, cultural y asociativo existente en las Bandas de Música de Murcia.
-Un reconocimiento a nivel de titulaciones de grado elemental de la categoría didáctica de nuestras escuelas locales de música.
-La existencia de partidas presupuestarias anuales destinadas a favorecer las acciones de las bandas de música y de la Federación que las representa.
-Facilitar el acceso a los auditorios regionales de dichas bandas y potenciar la existencia de encuentros, jornadas de música, festivales y certámenes de bandas de música.
-Hacer un plan de becas y ayudas para premiar a jóvenes valores.
-Dotar en connivencia con los consistorios a las escuelas y bandas de música de locales dignos para el desempeño de sus labores.
Y, en definitiva, reconocer mediante la acción positiva de las administraciones la capacidad de nuestros colectivos musicales para construir una región más culta, más justa y socialmente más cohesionada.
Francisco José Franco Fernández, cronista oficial de Cartagena, académico correspondiente de Alfonso X “El Sabio”.