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Federación de Bandas de Música de la Región de Murcia

LA FEDERACIÓN DE BANDAS DE LA REGIÓN DE MURCIA: ORÍGEN Y VIVENCIAS DE SU CONSTITUCIÓN. UNAS PINCELADAS SOBRE SU PRESENTE Y FUTURO.

Es objeto de este artículo rememorar algunos aspectos de sus orígenes, vivencias personales, así como un breve análisis del presente y futuro de la misma.

Todo se remonta a unas reuniones de directivos de las bandas de música de esta región , reuniones previas, celebradas el 12 de noviembre de 1983 en Jumilla, y el 17 de diciembre de 1983 en Beniaján, donde en esta localidad ya salió una comisión gestora pro-estatutos, formada con  representantes de las bandas de Beniaján, Caravaca, Jumilla, Lorca y  Mula, justificando su ausencia los de Águilas y Cieza (podríamos pues considerar que fueron 7 las bandas de música que constituyeron el embrión y gestación de la Federación). Tras estos dos contactos de los representantes de las citadas bandas, el 11 de febrero de 1984, en el local del Aula de Cultura de la antigua Caja de Ahorros de Alicante y Murcia de la localidad de Mula, se celebró la Asamblea General Constituyente, asistiendo los representantes de las bandas de música (o sociedades musicales, o bien “asociaciones de amigos de …”) de Alhama de Murcia, Beniaján, Cabezo de Torres, Asociación Amigos de la Música de Jumilla, Mula, Pliego, Pozo Estrecho, Totana y Sauces-Cartagena, justificando su ausencia las bandas de Águilas y Calasparra (podemos considerar en total 11 las bandas entre presentes y representadas). En estas tres reuniones (la última ya con carácter de asamblea general) estuve presente en representación de la banda de mi localidad, en calidad de presidente de mi banda.

En esta Asamblea General Constituyente celebrada en Mula, los tres acuerdos más importantes a adoptar fueron la constitución de la Federación de Bandas de Música de la Región, elección de una Junta Gestora (saliendo elegidos los representantes de las bandas de Beniaján, Cabezo de Torres, Asociación Amigos de la Música de Jumilla, Mula,  Pliego y Pozo Estrecho)  y aprobación de los Estatutos, todo de una tacada, en la primera Asamblea General, las ansias de empezar a caminar eran más que evidentes.

Sin solución de continuidad, el 2 de junio de 1984 tuvo lugar otra Asamblea General, quedando en ella constituida a todos los efectos la FBMRM, eligiéndose la primera Junta Directiva “en firme”, de la que también tuve el honor de salir elegido y por consiguiente formar parte de ella. Asimismo, da cuenta de las bandas fundadoras de la Federación, relación de estas que se adjuntó con los Estatutos Sociales a la Administración Regional para su inscripción en el Registro de Asociaciones: Beniaján, Asociación de Amigos de la Música de Jumilla, Cabezo de Torres, Calasparra, Mula, Pliego, Pozo Estrecho y la de Sauces-Cartagena.

En los siguientes años fueron acordándose y estableciéndose algunos de los objetivos de esta Federación, como fueron la implantación del Día de la Federación, el Día de Exaltación de la Música, formación de una Banda Sinfónica integrada por músicos de nuestras propias bandas de música, etc., pero repasando, en mi memoria, los prolegómenos de la unión de las bandas de música, con el fin de aunar esfuerzos que redundasen en beneficio de las mismas, paso a esbozar, aunque sea a “grosso modo”, las circunstancias que nos llevaron a unirnos en una Federación Regional.

En primer lugar, sobre las décadas 70/80 del pasado siglo, las plazas de directores de las bandas de música, en su mayoría incluidos como funcionarios de los ayuntamientos, conforme les llegaba la edad de jubilación, fueron paulatinamente amortizadas, lo cual ocasionó en muchas bandas de música “un parón” en la regeneración de sus plantillas, pues no sólo realizaban estos directores su función propia, sino que también impartían la docencia de la educación musical en sus diversas vertientes, llegando al borde de la extinción muchas de las bandas de música, quedando sin apoyo económico institucional. Solo el ímpetu de sus componentes, con apoyo en muchas ocasiones de aficionados a la música de su localidad, lograrían la subsistencia, a duras penas, de estas entidades culturales (algunas bandas de música siguen guardando la denominación de “Asociación de Amigos de la Música de…”); comenzaron así a recabar fondos para sus bandas mediante rifas, cuotas de socios, solicitud de donativos a empresas y entidades, etc. Así las cosas, en varias de las bandas, la función de director de la misma la asumían algunos de sus aventajados componentes, así como las funciones docentes, y en muchos casos, de forma gratuita y altruista.  En otras, a través de las asociaciones culturales que se constituyeron “ad hoc”, estas contrataban, cuando podían, a músicos “externos” de la banda como directores y también docentes, como eran los músicos/miembros integrantes de la banda de Infantería de Marina Tercio de Levante, los cuales realizaron una gran labor en pro de las bandas de música de nuestra Región, supliendo el vacío de las funciones de director y docentes de música en que iban quedando muchas bandas de música ante el abandono institucional de los Ayuntamientos (la Comunidad Autónoma de Murcia iniciaba sus pasos como tal, y la antigua Diputación Provincial, reminiscencia del anterior Régimen, nunca abordó estos asuntos).

Por otro lado, y ya abordando algunas de mis vivencias, también en las citadas décadas 70/80 del pasado siglo, las bandas de música, ya más desligadas de los ayuntamientos como bandas municipales, comenzaron a realizar intercambios musicales de sus respectivas bandas de música. Estos intercambios vienen denominándose “Festival o Encuentros de Bandas de Música”. Y es en estos encuentros donde los directivos de las bandas hablábamos sobre la conveniencia de unirnos (las bandas de música) para tener más fuerza a la hora de conseguir diversos objetivos para beneficio de nuestras representadas; al principio estas conversaciones de los encuentros/intercambios de bandas se reducían a intercambios de quejas y lamentos:  que si los ayuntamientos amortizaban la plaza de director; que los ayuntamientos ya no querían adquirir el instrumental de la banda; que la Diputación Provincial nunca ha querido saber nada de las bandas de música; que nuestra Comunidad Autónoma no se preocupa de la parcela cultural respecto a las bandas de música (si bien es cierto que a partir de mediados de los 80 comenzó a subvencionar a esta Federación recién constituida, así como a promover ayudas para actuaciones musicales de las bandas y subvenciones a las escuelas de música); que las bandas no tenemos consensuados los establecimientos de los “cachés” por las diversas actuaciones a terceros; que se hace necesario “profesionalizar “ tanto las plazas de directores musicales como las del profesorado; etc., etc..

Mucho nos quejábamos, pero en la práctica poco avanzábamos, pues como hemos visto anteriormente, en las primeras reuniones y hasta la primera Asamblea General Constituyente sólo conseguíamos reunirnos 7 y 11 bandas de música, respectivamente, de las 35/36 bandas de música que éramos entonces, pero en fin, el camino ya estaba iniciado.

¿Por qué se decidió que la Asamblea Constituyente se celebrase en Mula y no en otra localidad de nuestra región? Pues por una cuestión salomónica, después de un breve debate de los representantes de las bandas, pues unos proponían inicialmente que se celebrase en la capital de la Región, otros propusieron la Ciudad de Cartagena, para “equilibrar el peso político de la capitalidad”; y otros que por qué no en Jumilla, por la distancia y el ostracismo que sufría el Altiplano, por lo que finalmente y para no “penalizar” a ninguna localidad, se optó por acordar una que se encontrase en el centro de nuestra región.

Cuando la Comunidad Autónoma comenzó a promover las ayudas (ya en la muy citada década de los 80), una de las muchas trabas con que se encontró nuestra Federación, fue la existencia aún del Sindicato de Músicos Profesionales, sindicato vestigio del anterior Régimen, que a pesar de su desmantelamiento por el nuevo ordenamiento jurídico de la democracia, pasando este (el Sindicato) a ser declarado ilegal, siguió funcionando “de facto”, coexistiendo junto a la nueva estructura administrativa de la administración democrática, continuando su funcionamiento y  percibiendo de esta determinadas subvenciones, otorgándose asimismo, facultad para denunciar ante las administraciones competentes a entidades festeras por negarse a pagar el canon establecido por el Sindicato Vertical de Música y Espectáculos (¿era realmente un desgajamiento de la Sociedad General de Autores Españoles, la SGAE?). La pretensión de la Federación (en adelante la FBMRM)  era el instar a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (en adelante la CARM) a que las ayudas y/o subvenciones públicas destinadas a las bandas y sus escuelas o academias de música,  fuesen canalizadas a través de esta; sin embargo, la Administración Autonómica hizo caso omiso y “legisló” otorgando estas ayudas de forma directa a las bandas de música y a sus respectivas escuelas, y a la FBMRM comenzó también a conceder ayudas económicas para sufragar los gastos que conllevaba su actividad como tal (entre ellas ayudas a las propias bandas de música).

Repasando las primeras actas de nuestra FBMRM, de la que yo era Vocal,  y transcurridos estos cuarenta años, yo mismo me sorprendo de los cambios habidos en nuestra sociedad, el “buenismo” y la candidez con que abordábamos variopintas situaciones. Por ejemplo, cuando celebrábamos una Asamblea General, se relacionaban los representantes de las bandas asistentes, “justificando su ausencia las bandas de …” y nos quedábamos conformes con estas justificaciones, cuando en realidad eran meras excusas, como si no hubiesen más miembros de las Juntas Directivas que pudiesen sustituir al miembro-directivo designado para asistir a la Asamblea,  cuando hoy estas ausencias las valoramos como una apatía e irresponsabilidad de la Junta Directiva de la banda en cuestión. En otra acta, de 1984, veo una proposición de una banda, en la que propone “una Ley Regional” en la que  disponga que se obligue a las Comisiones de Fiestas a que contemplen la actuación de una banda federada, “perfectamente uniformada”(¿se refería a que no contratasen a las “charangas”?)

En estas primeras actas, el Sr. Presidente, Don Sebastián Gálvez Arce, ya se quejaba de la pobre afiliación de las bandas a la FBMRM, pues en el acta de noviembre de 1984 sólo constan 10 bandas federadas, y 13 en la de mayo de 1985. El recelo, la poca fe, la apatía  y el “esperarse a ver qué pasa” imperaba en la mayoría de las bandas de nuestra región.

Por último, otro aspecto que también, con el transcurso de los años, me llama la atención, es sobre la validez de los acuerdos adoptados en las asambleas generales. Me refiero a los acuerdos adoptados en el punto último de las asambleas, de “Ruegos y preguntas”; en este punto, cuando algún miembro de la Junta Directiva de la FBMRM hacía alguna propuesta y esta se veía viable por el resto de los asistentes, era aprobada “por unanimidad de los presentes”.  Con la nueva Ley Orgánica 1/2002, reguladora del Derecho de Asociación, estos acuerdos hoy no tendrían validez legal (estoy convencido que con la legislación anterior tampoco), pues no son válidos los acuerdos que no estén expresamente previstos en el Orden del Día, salvo la asistencia y unanimidad de todos los socios (bandas de música) presentes y/o representados (la validez de la representación requiere autorización expresa ante el Secretario de la FBMRM o fedatario público).

En cuanto al presente, y desde mi perspectiva lejana de la actualidad, por el motivo anteriormente citado, la Federación tiene una actividad intensa y constante en pro de sus asociados (bandas de música), pues son muchos los aspectos y funciones a atender, y quizás no tenga el debido apoyo que requiere todas estas funciones de nuestra Administración Autonómica. Hace ya algunos años que las bandas no reciben las subvenciones a escuelas de música, así como la concesión de conciertos en otras localidades para promoción de la música (creo que eran 3 los conciertos anuales que se subvencionaban). Y tampoco recibe la Federación la correspondiente subvención para que estas ayudas las repercuta a las bandas, canalizando de esta manera las ayudas o subvenciones que deberían destinarse a las bandas federadas.

Por otro lado, en la FBMRM, los gastos que conlleva la actividad de la misma no llegan a cubrirse con la subvención pública de nuestra CARM (mantenimiento de la Banda Sinfónica de la Federación, Día de la Federación, Certamen Regional, Formación de alumnos, cursos de dirección, gastos de administración, desplazamientos de sus miembros, etc.). Si queremos una Federación fuerte y eficaz, esta necesita “dos inyecciones”: por un lado, el aumento de la subvención anual que recibe de la CARM, con el debido control por parte del ente público del destino de la misma, y mayor implicación de las propias bandas federadas; a veces, da la impresión de que para las bandas de música en su conjunto (por supuesto hay dignas excepciones), la Federación es un ente ajeno a las mismas. No hay excusas para que en las asambleas generales no asistan todas las bandas sin excepción (eso de justificar su ausencia es una burda excusa, pues si no asiste el miembro designado, hay otros muchos de la propia Junta Directiva), no existe el sentimiento de que la Federación es nuestra casa común, es la continuación de nuestra fuerza y de nuestros brazos, que se hacen más fuertes y largos a través de la misma. Quizás sería conveniente el que cada banda designe a un miembro de su Junta Directiva para representar, con función exclusiva, a la misma ante la Federación, no solo para asistir a las reuniones y asambleas, sino para apoyo directo a la propia Federación, ello redundaría en el acercamiento a la misma y en el desahogo de las tareas (no olvidemos que la Junta Directiva de la FBMRM se compone de miembros directivos de las bandas). En definitiva, esta será más fuerte, influyente y eficaz en la medida de la mayor implicación en ella de sus socios (es decir, las bandas federadas). Cualquier crítica que destinemos a la Federación, es resultado de la crítica a nosotros mismos, pues ¿qué es la Federación sino nosotros mismos, es decir, las bandas de música?

Murcia, abril de 2024

Fernando Belijar Gómez

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Nuestras Escuelas y Bandas de Música tienen mucho que decir


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