Francisco José Franco Fernández, cronista oficial de Cartagena, correspondiente de la Academia Alfonso X El Sabio.
Los cronistas contamos la historia y las tradiciones de los pueblos, pero somos también relatores de los problemas de la sociedad y el tiempo que vivimos: la crisis del Coronavirus está suponiendo una amenaza sin precedentes para todos los sectores económicos, y de ellos la cultura en el más tocado, afectando de forma especial a las Escuelas de Música dependientes de las bandas de nuestra Región.
La falta de conciertos y la suspensión durante dos años consecutivos de la Semana Santa y de multitud de eventos ha dejado a instituciones centenarias como es la SAM Santa Cecilia de Pozo Estrecho en una situación económica tan negativa como para hacer cuestionar la viabilidad de los proyectos educativos que en su sede se desarrollan, poniendo en peligro una institución clave para la localidad en el terreno social, artístico, histórico, cultural y humano.
En sus aulas durante generaciones han recibido formación musical cientos de alumnos que luego han llegado a ser grandes profesionales de la música y ciudadanos sensibles y comprometidos con su pueblo. Son chicos y adultos que ensayan y actúan en la banda de forma totalmente altruista y desinteresada, compaginando sus tareas cotidianas con largas jornadas de estudio y trabajo.
La escuela (gestionada por padres de alumnos y directivos de forma desinteresada) depende para su sostenimiento en gran medida de los ingresos que recauda la banda al actuar en los diversos actos festivos (Semana Santa, Navidad, Cartagineses y Romanos, Carnaval…).
La situación de partida, a pesar de la existencia de unas modernas instalaciones y una gestión impecable del dinero público que se recibe como subvención, tampoco era la apropiada, pues las bandas de nuestra región, a pesar de su impagable labor social y cultural, carecen de una legislación adecuada, pues el tratamiento fiscal y laboral se asemeja bastante al de una empresa privada, a pesar de que las relaciones que se establecen se asemejan más al modelo de las ONGs y al de las asociaciones de vecinos.
Ante esta situación las administraciones local y autonómica deben reaccionar de una manera firme, implementando medidas que hagan posible la salvación de la actividad docente y la permanencia de uno de los mejores símbolos de nuestra cultura regional. Consideramos necesario que las administraciones establezcan las siguientes medidas:
-Mantener e incrementar las subvenciones directas a la actividad docente, estableciendo criterios objetivos que premien la labor pedagógica y el porcentaje de alumnos que la institución acoge respecto al número de habitantes de la localidad, valorando la creación de puestos de trabajo y las inversiones productivas de los últimos años en compra de instrumentos y materiales.
-Actualizar el convenio municipal vigente manteniendo la política de realización de conciertos (en directo o televisados).
-Crear festivales de música en relación con las corales del municipio para crear sinergias con estas formaciones musicales vocales.
-Mantener e incrementar el exitoso programa municipal desarrollado en las instalaciones del museo arqueológico de Cartagena.
-Poner en marcha un programa anual de conciertos de jóvenes solistas (dirigido a músicos que estudian o acaban de finalizar su grado en el Conservatorio Superior) acompañados de la banda dónde se han formado como músicos. Podría ser grabado con buenos equipos de sonido en un exterior como el Teatro Romano o explanada del Parque Torres para que, a su vez, sirvieran de promoción turística del municipio al publicarse en redes sociales. Intercalar la música con entrevistas a los solistas contando su experiencia musical desde la infancia y sus perspectivas de futuro.
-Aumentar la presencia de la banda de música en todo tipo de festejos, presentaciones de libros y actos culturales.
De todos es conocido que una crisis como ésta puede suponer si no se reacciona a tiempo el fin del sueño musical de muchas generaciones de galileos, siendo deseable que sepamos evolucionar hacia una realidad diferente, entendiendo que nuestro desarrollo tecnológico permite llevar a nuestras bandas de música a unas nuevas perspectivas de futuro.